Lorenzo Acín, restaurador

Aragón ha perdido a uno de los maestros indiscutibles de los fogones de la tierra. Lorenzo Acín, propietario e implusor de La Venta del Sotón, en la localidad oscense de Esquedas, murió el pasado viernes a los 51 años. Fue el artífice, junto a sus hermanos Luis y Jesús -propietario de El Cachirulo de Zaragoza-, de un modelo de entender la cocina especial que la había hecho merecedor del Premio Alimentos de España del Ministerio de Agricultura, de este año, al mejor establecimiento de restauración en el ámbito rural, un premio que debía recoger esta semana.

Acín, desde su Venta, logró en 30 años convertirla en un lugar de referencia para todo el que viaja hacia el Pirineo. Supo combinar el encanto de los productos autóctonos con incursiones en la nueva cocina. Aparece en las mejores guías gastronómicas de España, era miembro de la Cofradía de la Buena Mesa, una cofradía de la que fue fundador junto a los más afamados cocineros de España, de la Chaîne des Rotisseurs y de la Asociación Magistral de Gastronomía.

Lorenzo Acín era además el ejemplo de un hombre hecho a sí mismo. Desde niño comenzó en el bar junto a su padres en una gasolinera. Su lema 'nuestra historia es nuestro trabajo diario', se ha cumplido, él mismo trabajó hasta el último momento a pesar de su dolorosa enfermedad. Ahora su hija Ana sigue al frente de unos fogones en los que se han deleitado viajeros, esquiadores o el mismo rey de España.-