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Los 'antidisturbios' disuelven a porrazos una protesta de policías municipales

El alcalde rechazó suspender el pleno y mediar en el conflicto, como pedían PSOE e IU

Unos 60 agentes antidisturbios del Cuerpo Nacional de Policía cargaron ayer violentamente contra una concentración de 2.000 policías municipales convocados por las centrales sindicales para hacer llegar al pleno del Ayuntamiento su rechazo a la reorganización del cuerpo emprendida por el Gobierno de José María Álvarez del Manzano, del PP. La contundencia de la carga se convirtió en una batalla campal que se saldó con 18 heridos (14 agentes municipales y tres nacionales, así como un fotógrafo de EL PAÍS), tras una refriega en la que los antidisturbios hicieron uso de todo su arsenal. Los agentes recibieron orden expresa del delegado del Gobierno, Francisco Javier Ansuátegui, de disolver la protesta por no estar autorizada.

Pelotas de goma y botes de gases lacrimógenos se apoderaron de la calle Mayor y la plaza de la Villa cuando seis embajadores se dirigían desde el palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, al palacio de Oriente para presentar sus cartas credenciales al Rey.

Los diplomáticos, en carroza de caballos y precedidos por un escuadrón de la Guardia Real, tuvieron que desviarse debido a los incidentes. Las fuertes medidas de seguridad, con varias calles cortadas al tráfico, adoptadas en todo el centro por el encuentro mantenido ayer entre el ministro de Exteriores israelí, Simón Peres, y su homólogo español, José Piqué, dificultaron aún más el paso de los embajadores.

Uno de los heridos, José María Hernández, delegado sindical de UGT, se encontraba anoche en la clínica de la Concepción, tras sufrir una angina de pecho por el humo y la tensión.

Inés Sabanés y Rafael Simancas, portavoces de IU y PSOE, alarmados por la batalla campal a las puertas del Ayuntamiento, pidieron al alcalde que hiciera un receso en el pleno y mediara en el conflicto. Álvarez del Manzano se negó. Los ediles de la oposición abandonaron entonces la sesión para interesarse por la suerte de los policías municipales. Al volver, el socialista Eugenio Morales entregó al alcalde una pelota de goma y varios cartuchos: 'Con esto es con lo que está siendo machacada su policía ahí abajo', le espetó.

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