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Columna
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Piñata

El relevo en las consejerías controladas por los andalucistas ha provocado un desfile de cesantes que tiene algo de espectáculo galdosiano. Pero sobre el silencio temeroso o humillado de los que abandonan sus cargos se termina imponiendo ese júbilo de piñata con el que sus compañeros celebran el haber sido agraciados con coche, chofer, despacho y secretaria.

'Puedo entender las razones de mi cese, pero no las formas', se quejaba en estas páginas el ex consejero de Turismo José Hurtado. No es raro. No se conoce un solo político que considere apropiadas las formas con las que fue expulsado de los aledaños del poder.

Además, ser consejero de Turismo debe de ser un chollo: los resultados son siempre buenos y, por mucho que se meta la pata, las consecuencias tardan años en verse. Además, se disfruta de un presupuesto generosísimo y el cargo da derecho a presidir la cateta romería anual a Fitur y a hacer un discurso flanqueado por dos modelos disfrazadas con mantilla y peineta.

Tiene tanto tirón el cargo que el nuevo consejero, Antonio Ortega, se puso a ejercer y a hacer declaraciones antes de prestar juramento. Hay que tener cuidado con las prisas. Hay políticos a los que la sobre exposición a la luz pública provoca daños irreversibles. Véase, si no, a Celia Villalobos, que aún debe de estar preguntándose cómo es que la prensa de Madrid no es tan complaciente como la de Málaga.

En su primera entrevista, Ortega dejó claro que su modelo es el del viejo Torremolinos: 'No hay nadie que esté un mes viendo monumentos, pero sí hay gente que está un mes en la playa'. Ortega es quizá de esa gente que confunde la franqueza con la falta de reflexión. Pero sin duda, es, sobre todo, un hombre de partido. Su biografía oficial salta directamente de su nacimiento (Linares, 1955) a su entrada en el PA (1976) y de ahí a su pertenencia al Consejo Andaluz del Movimiento Europeo (1985). No hay manera de que sus portavoces cuenten qué estudió, qué trabajos ha desempeñado.

Estas cosas pasan a veces en Andalucía. Hace algo más de tres semanas me llamó la atención unas declaraciones a este periódico del nuevo director de Canal Sur TV por el tercio andalucista, Juan José Fernández. Decía que el mayor reto de la RTVA era la televisión digital. '¿Qué es la televisión digital?', preguntaba curioso el periodista Santiago Belausteguigoitia. 'Lo he empezado a estudiar hace 48 horas', reconocía Fernández con franqueza antes de quejarse que los teóricos no se ponen de acuerdo. Me entró curiosidad por saber qué había hecho antes este hombre, pero me quedé con las ganas: la RTVA no me facilita las biografías de sus directivos.

Es una pena. Tengo que reconocer que siento debilidad por conocer las biografías de los altos cargos que están fichando en los últimos años por el Gobierno andaluz. Es un vicio que adquirí al comprobar que el consejero de Nuevas Tecnologías era maestro en excedencia y entrenador de fútbol de segunda.

Desde entonces sueño con encontrar otra perla biográfica como aquella.

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