El Ejecutivo concluye que sólo la Margen Derecha tiene buen acceso en tren a Bilbao

El Gobierno vasco apuesta por reemplazar las principales líneas ferroviarias de Renfe en Euskadi, las que discurren por la Margen Izquierda, por tranvías para evitar una duplicidad de servicios con la próxima entrada en servicio del metro. Ésta es una de las medidas del ambicioso plan ferroviario para el área metropolitana de Bilbao, una inversión de 1.309 millones de euros en los próximos 20 años, que incluye también crear accesos en metro al aeropuerto (soterrado bajo las pistas) y la combinación de tren y tranvía para comunicar barrios periféricos de la capital.

El estudio, presentado ayer por el consejero de Transportes y Obras Públicas, Álvaro Amann, es el anticipo de otros dos planes que están a punto de concluir para San Sebastián y Vitoria. El objetivo es disponer de una planificación global de los servicios ferroviarios y evitar improvisaciones. El documento aún necesitará un mínimo de dos años para su aprobación definitiva y, dada la implicación de las instituciones vascas y central, está sujeto a modificaciones durante su tramitación administrativa. Amann reconoció que 'afecta al Estado y a la comunidad autónoma y depende mucho de las voluntades políticas'.

'Tenemos un débil sistema ferroviario', expuso el consejero, un déficit que atribuyó al retraso en la actualización del sistema de trenes, una medida que consideró fundamental para evitar la invasión del vehículo privado. El plan aboga por reducir en un 10% la utilización del coche y aumentar el transporte en tren del 16% actual hasta el 32%.

El documento establece que todas las conexiones con Bilbao, salvo la de la Margen Derecha a través de la línea 1 del metro, son deficientes. Siete áreas, con una afluencia potencial de 175 millones de pasajeros anuales, se consideran 'mal servidas' y otras ocho, con casi 50 millones de usuarios, ni siquiera tienen tren.

'Rentabilidad baja'

Uno de los planteamientos más complicados es la apuesta del Ejecutivo vasco por eliminar las dos líneas de cercanías de Renfe hacia Santurtzi y Muskiz, que sumaron el pasado año 18,3 millones de pasajeros. El documento aboga por su sustitución por líneas de tranvía, 'que recogerían los pasajeros que no accedan al metro' proyectado para la Margen Izquierda, cuya primera fase hasta Sestao se inaugura el 13 de abril.

Amann justificó esta medida por 'el problema histórico que tiene Renfe por su trazado, que da más servicios a áreas industriales que urbanas. Eso crea problemas de rentabilidad social baja'. Los trazados del metro entre Sestao y Santurtzi transcurren en paralelo. El consejero apuntó la posibilidad de que Renfe se mantenga como operador del tranvía, pero consideró imprescindible la reubicación de estaciones en las líneas actuales hasta Santurtzi y Muskiz para mantener la afluencia de pasajeros, 'lo que se puede hacer más fácil con el tranvía, que puede ir de la vía a la carretera'.

Álvaro Amann afirmó que este estudio se encuentra ya en manos del Ministerio de Fomento, del que depende Renfe, 'y ya se hablará. Es una propuesta que hay que debatirla y discutirla'. La propuesta surge cuando Renfe acaba de anunciar inversiones por 7,2 millones de euros para mejorar sus estaciones en la Margen Izquierda, a los que se unen otros 13,2 millones de euros destinados a la renovación de los sistemas de señalización.

La compañía estatal siempre ha mantenido su determinación de mantener sus líneas de la Margen Izquierda, pese a la implantación del metro, y sólo las abandonaría 'por una decisión de Fomento o la demanda futura de pasajeros', aseguran sus portavoces. El planteamiento del Gobierno ya fue apuntado hace cuatro años por la Diputación de Vizcaya, que consideró que 'está clara' la imposibilidad de mantener el actual servicio con el metro.

El plan ferroviario aborda la creación de nuevos accesos al aeropuerto de Bilbao y se decanta por la prolongación del metro con la construcción de otro túnel bajo el monte Artxanda (están a punto de concluirse los túneles para habilitar dos carreteras) que llegaría justo hasta la nueva terminal. El nuevo túnel tendría un coste de 35 millones de euros, a lo que se uniría el soterramiento bajo las pistas del aeropuerto, con un presupuesto de 29 millones de euros. Se espera el transporte de casi tres millones de pasajeros anuales.

El documento incluye una solución mixta para mejorar la comunicación de los barrios más periféricos de Bilbao. En el caso de Otxarkoaga y Txurdinaga se opta por el ferrocarril de Eusko Tren, mientras que para Rekalde se elige el tranvía. Amann defendió estas alternativas frente al metro, que han planteado varios partidos, por su menor coste y el mayor número de usuarios que captaría. Se calcula una inversión de 200 millones de euros y 12 millones de viajeros, frente a los 375 millones de euros y los 10,5 millones de usuarios que absorbería el suburbano.