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Maragall se compromete a crear 10.000 plazas de residencia para ancianos en cuatro años

El líder del PSC prevé triplicar el presupuesto para atención a la tercera edad

Enric Company

Pasqual Maragall detalló ayer en L'Hospitalet de Llobregat sus compromisos de gobierno para la tercera edad. El líder socialista explicó que, si gana las elecciones autonómicas, su futuro gobierno triplicará en cuatro años las partidas presupuestarias destinadas a atender a la tercera edad, de forma que en el cuarto año dedicará 85.000 millones de euros a esta finalidad. El compromiso más espectacular, que Maragall ya expuso en octubre pasado en el debate de la moción de censura al Gobierno de Pujol, es el de crear 10.000 plazas de residencia para ancianos.

La pirámide de edades, los índices de natalidad y la expectativa de vida, que se ha situado ya en 79 años, configuran en Cataluña la clara expectativa de un crecimiento sostenido de los ciudadanos mayores de 65 años. En la actualidad son 1.035.000 personas. De ellas, unas 120.000 se hallan en estado de dependencia, necesitan algún tipo de ayuda para vivir dignamente.

De ahí que una adecuada política para la tercera edad sea una piedra de toque para valorar un programa de gobierno. Pasqual Maragall expuso el suyo acompañado por varios expertos: Manuel Valls, presidente de la Fundación Sociosanitaria de Manresa, una entidad sin ánimo de lucro que ha creado y gestiona 373 plazas de residencia para ancianos en Manresa, y Xavier Gómez Batista, el ex director que puso en pie el programa Vida als anys.

Los datos del programa son éstos: conseguir en cuatro años que el servicio de ayuda a domicilio alcance al 6% de los mayores de 65 años, cuando ahora está sólo en el 1,7%, y crear 1.000 plazas de viviendas tuteladas de oferta pública para ancianos, 2.000 plazas de centros de día y 10.000 plazas de residencia para ancianos de oferta pública y en colaboración con la iniciativa social privada.

El programa incluye también la universalización en cuatro años del servicio de teleasistencia y la extensión hasta 4.375 plazas del programa Vivir en familia. Las familias que se acogieran a este programa recibirían una ayuda anual de 6.000 euros (un millón de pesetas).

Pero si éstos son los datos de la oferta de Maragall, lo que tanto él como la diputada Pilar Malla, ex directora de Cáritas, y la también diputada Marina Geli, que es la consejera de salud y bienestar social en el gobierno alternativo, destacaron más en la presentación de ayer es que preconizan sobre todo un cambio de prioridades y de orientación en la política para la tercera edad. La apuesta es apostar sobre todo por los servicios domiciliarios, en vez de fiarlo todo a las residencias; atender a la formación profesional del sector, en el que existe un notable malestar por la falta de cualificación, y terminar con la separación actual entre las políticas para la tercera edad que dependen del Departamento de Sanidad y las que dependen del de Bienestar Social.

Como no podía ser de otra forma, Maragall insistió en que las políticas para la tercera edad figuran entre las que deben ser gestionadas lo más cerca posible de los afectados y, por lo tanto, serán desarrolladas, si gana las elecciones, con los ayuntamientos o en su caso por mancomunidades municipales. 'Lo que queremos es proporcionar una vejez digna y en plenitud y, cuando eso sea necesario, con una atención digna y humana lo más cerca de casa posible', resumió Maragall.

Marina Geli explicó que aspira a que en el futuro gobierno dirigido por Maragall la políticas de sanidad y asistencia a la tercera edad dependa de un mismo departamento de atención sociosanitaria 'que planificará los programas conjuntamente con la Administración local y le delegará la gestión'.

En el plano económico, los compromisos programáticos de Maragall con la tercera edad significarían doblar el primer año las correspondientes partidas presupuestarias. De los actuales 186 millones de euros (31.000 millones de pesetas), se pasaría a 341 millones de euros (56.737 millons de pesetas). En el segundo, se pasaría a 395,5 millones de euros; en el tercero, a 452,5 millones, y en el cuarto, a 512 millones (85.189 millones de pesetas). Es decir, casi el triple de lo que en la actualidad dedica el Gobierno de Pujol a estas políticas. La previsión es recurrir al copago de estos servicios, de manera que las familias de renta alta que puedan contribuir a su financiación lo hagan por lo menos en parte.

Compromisos

La de ayer fue la segunda conferencia en la que Maragall explica uno de los 17 compromisos de gobierno que adquirió solemnemente en octubre del año pasado en el debate de la moción de censura al Gobierno de Pujol. El primero que explicó, hace tres semanas, fue el compromiso de dar prioridad política y económica a las políticas de ayuda a la familia.

El acto reunió a unas 300 personas en una sala de La Farga. Presentado por Celestino Corbacho, alcalde de L'Hospitalet de Llobregat, en su intervención Maragall partió de la base de que asegurar una vejez digna a los ciudadanos es un reto pendiente para una generación que ha conseguido lo que se proponía y cuyo envejecimiento plantea un problema ético. 'Nuestros padres aspiraban a que sus hijos tuvieran lo que muchos de ellos no tenían: estudios, formación y un mejor nivel de vida'. En otras palabras eso fue también lo que dijo Joan Cals, responsable de la sectorial de tercera edad del PSC. 'Todo es ahora más fácil en la vida: se lava la ropa con máquinas y se calienta la comida con microondas', dijo, 'pero no nos conformamos. Queremos que sea un derecho la prestación universal de ayuda a las personas mayores con dependencia'.

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