Jueces a 6.000 pesetas diarias

Un total de 108 euros (unas 18.000 pesetas) por tres días de trabajo. Eso es lo que cobra en España un juez sustituto o un magistrado suplente. El colectivo agrupa a 1.600 personas, una cuarta parte de las cuales están asociadas en un organización que ha convocado a partir de hoy en Barcelona su segundo congreso nacional, en el que se plantearán una serie de reivindicaciones para dignificar su profesión. La queja más sentida de este colectivo de jueces, cuyo nombramiento se renueva cada año, se refiere a las contrataciones por periodos inferiores a un mes, que suelen ser las más habituales. Si se les contrata por menos de un mes, no se les da de alta en la Seguridad Social y se les retribuye por días trabajados. Tampoco se tiene en cuenta que el trabajo no acaba en la sala de vistas, sino que han de redactarse las sentencias, y ese trabajo, que muchas veces hacen en casa, tampoco se paga.

En tres días pueden celebrar 20 juicios y cobran poco más de cien euros en total

La figura del juez sustituto viene de antiguo, aunque inicialmente se creó para cubrir determinadas vacantes en las que de manera excepcional los jueces titulares no pudieran sustituirse entre sí. Con el paso del tiempo se recurre con mucha más frecuencia a ellos debido a la dificultad para cubrir determinadas plazas. Esta dificultad es especialmente acuciante en el País Vasco, Canarias e Ibiza.

Tanto el Ministerio de Justicia como la asociación de jueces sustitutos y magistrados suplentes coinciden en afirmar que gracias a los servicios que presta este colectivo se impide que la justicia se paralice en muchos lugares de España.

Para ser juez suplente hay que superar un concurso de méritos y para poder ejercer como tal resulta de gran importancia el informe periódico que elabora el juez decano del partido judicial.

Cuando ejerce, un juez sustituto tiene las mismas atribuciones que un titular, por lo que tiene mando sobre la policía y puede decretar la cárcel o la libertad de los detenidos. Pero la importancia de sus decisiones contrasta con la escasa valoración de que goza su función desde el punto de vista económico. Si la suplencia que deben cubrir se reduce por ejemplo a tres días, en los que pueden llegar a celebrar hasta una veintena de juicios, el juez puede percibir un total de 108 euros (unas 18.000 pesetas), a razón de 36 euros diarios, según el cálculo del propio Ministerio de Justicia. Este modestísimo importe se calcula según la parte proporcional del sueldo base de un juez, que es de 150.000 pesetas, dividido por los días del mes y multiplicado por los días trabajados.

La problemática de los jueces suplentes es conocida por el ministro Ángel Acebes, quien desde que tomó posesión del cargo se planteó, según recordó ayer un portavoz oficial, eliminar el sistema de suplencias lo antes posible. Pero las promesas distan de la realidad, ya que por ahora, según coinciden todas las partes, no es posible prescindir de estos jueces que no han superado las oposiciones. Hay que tener en cuenta que hay 4.016 plazas de juez en toda España y que unas 500 de ellas están casi siempre vacantes por las dificultades de cubrir el puesto. Especialmente grave es la situación en el País Vasco.

El problema se agudiza cuando se crean plazas nuevas. Desde que aparece el decreto hasta que se cubre la plaza pasa más de un año y medio, y durante ese tiempo se cubre con un suplente.

Según los datos facilitados por el Ministerio de Justicia, todos los años se elabora una lista de jueces y magistrados suplentes. En la relación de 2001 figuraban un total de 1.200 nombres, de los que 622 fueron requeridos para ejercer suplencias. Cuando el tiempo para el que se les requiere es superior a un mes, las retribuciones son más cercanas al salario base de los jueces titulares a los que sustituyen, aunque no cobran determinados complementos. El salario básico medio bruto de un juez de tercera categoría es unos 42.510 euros anuales (poco más de siete millones de pesetas), pero la mayor parte de este salario se debe a complementos de destino, trienios y en algunos casos productividad.

Los portavoces de la asociación que convoca el encuentro de Barcelona aclaran que no tienen nada contra los jueces titulares y que únicamente aspiran a que se dignifique un colectivo de experiencia probada.