Absuelto de un doble asesinato un militar que tenía el arma homicida
Uno de los jueces discrepa de la resolución y dice que hay indicios suficientes de culpabilidad
La Sección Quinta bis de la Audiencia de Madrid ha absuelto 'por falta de pruebas' a José Luis Losada Sánchez, militar de 48 años, de los dos delitos de asesinato que se le imputaban. Uno de los tres magistrados de la sección, María Mercedes Fernández, ha formulado un voto particular contrario a la absolución. En él discrepa de sus compañeros y suscribe que Losada debería ser condenado a 34 años de cárcel porque, a su juicio, hay suficientes pruebas como para culparle del asesinato, en 1994, de la pareja formada por Ricardo Lumanca y Roxana Beatriz López.
El asesinato de Ricardo Lumanca y Roxana Beatriz López se produjo sobre las ocho de la mañana del 31 de diciembre de 1994, en el domicilio que ambos compartían en el número 2, 4º D, de la calle de Orgaz, en el distrito de Carabanchel.
Pese a las discrepancias entre los jueces, hay hechos constatados. Varios individuos entraron en la vivienda para robar y mataron a sus dos moradores: Ricardo, que regentaba clubes de alterne en Madrid, recibió un disparo en el pecho 'cuando estaba tumbado en el segundo dormitorio de la vivienda'. Su compañera fue estrangulada en el dormitorio principal. Los asesinos la obligaron a hincarse de rodillas en el suelo antes de estrangularla por la espalda. Luego se llevaron al menos 6.000 euros (un millón de pesetas) y dos relojes de la marca Rolex que pertenecían a los fallecidos. El acusado ahora absuelto fue detenido cinco años más tarde, en enero de 2000.
Los dos jueces que apoyan la absolución, Paloma Pereda y Ricardo Rodríguez, entienden que, aunque hay indicios que apuntan a Losada como supuesto autor del doble crimen junto con otras personas no indentificadas, no son suficientemente sólidos para dar por 'acreditada' su participación en el crimen. Y que, por tanto, cabe aplicar el principio de in dubio pro reo (en caso de duda, a favor del reo).
Pero la sentencia da como probados los siguientes extremos: que Losada se apoderó de 100.000 pesetas con una tarjeta de crédito 4B del Banco Central Hispano propiedad del hombre asesinado, en una operación bancaria realizada en un cajero automático seis horas y media después del crimen, a las 14.30 de la tarde; que el acusado tenía en su poder el arma usada para matar a Ricardo, una Star modelo D; y que uno de los relojes Rolex robados tras el crimen fue vendido en una casa de compraventa de la calle de Carretas. También da por cierto que la entonces novia del acusado, Esther L. H., recibió como regalo uno de los Rolex sustraidos.
Para la juez discrepante, estos datos son suficientemente sólidos como para condenar al reo. Sin embargo, los dos jueces que han apoyado la absolución contrarrestan estos indicios con el hecho de que no había relación alguna entre el acusado y las víctimas, y que el fallecido, debido a su carácter, difícilmente habría franqueado la puerta de su casa a personas desconocidas -no había señales de violencia en la entrada al domicilio-. Si Losada Sánchez fue el autor de ambas muertes, resulta ilógico, sostienen, que conservase en su poder la pistola homicida a sabiendas de que ésta fue la usada para cometer los crímenes. 'Esta actitud no es la de quien teme ser relacionado con un crimen', señala la sentencia. Tampoco les cuadra a estos dos jueces que el acusado vendiera uno de los Rolex en una tienda 'legal', donde queda constancia del número de serie del artículo y de la identidad de los compradores y vendedores. 'Si hubiera tenido algo que temer podía haber vendido el reloj en otro establecimiento sin controlar', subraya la sentencia.
'Un tercero'
Estos dos magistrados consideran que el acusado es 'sospechoso' de haber participado en los asesinatos, pero afirman que no hay pruebas de que fuese el autor material de los mismos y argumentan que la pistola, la tarjeta de crédito, el millón de pesetas y los dos relojes 'podrían proceder de un tercero'. Es decir, no descartan que el acusado conociese al autor o autores del doble crimen, lo que explicaría que tuviese en su poder las joyas, pero de ello no cabe deducir que él sea el asesino.
Otro argumento a favor del acusado es que fue él quien, 'incluso voluntariamente', proporcionó a la policía 'indicios en su contra'. Al ser detenido, cinco años después del doble crimen, Losada Sánchez reconoció que tenía tres pistolas. Analizada una de ellas, resultó ser el arma homicida. 'Las reglas de la lógica y de la experiencia', explica la sentencia, 'indican que esta actuación no es la de alguien que teme ser responsable de delitos tan graves'. Los jueces le han condenado, no obstante, a dos años de prisión como autor de un delito de tenencia ilícita de armas.
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