'Yo he ligado en el coche'
Con 45 años y dos hijos, lleva su lema, 'Carpe diem' (Vive el momento), con la misma soltura en sus ratos de ocio que cuando vende coches. Asegura que sus sevillanas, aprendidas en París, son de igual nivel que los rotundos resultados de su gestión. Dice tener buen estómago y ser amante de la ópera, de viajar y de reír.
Pregunta. ¿Usted entiende de coches?
Respuesta. Yo entiendo, sobre todo, de resultados. Sí, soy ingeniero, y una noción del producto es fundamental en esta empresa.
P. Si se queda tirada en carretera, ¿procede con sus propias manitas?
R. Tengo que pedir ayuda.
P. ¿De niña pedía coches a los Reyes?
R. No. Les pedía buenas notas. Y también indios, porque jugaba con mi hermano José Eugenio a indios y americanos, y me ganaba todos mis apaches.
P. 'Mi segunda patria es Citroën'. ¿Qué opina su psiquiatra?
R. No tengo psiquiatra [ríe], a Dios gracias.
P. ¿Le va al pelo su reciente insignia de caballero de la Legión de Honor de Francia?
R. Me va muchísimo. Es un orgullo que no me esperaba, y que agradezco, sobre todo pasando como paso en Francia la mayor parte de mi tiempo.
P. ¿Entiende a la Virgen del Pilar, que dice que no quiere ser francesa?
R. ¿Seguro que lo ha dicho? No intento entender lo que dice la Virgen.
P. ¿El coche refleja la personalidad del propietario?
R. Refleja muchas características de las personas, y valores muy importantes, como la libertad.
P. ¿Y si el suyo hablara?
R. Seguro que diría: 'Qué follón de horarios y de programas tiene esta señora'.
P. ¿Ha ligado alguna vez en un coche?
R. Uy, uy, uy, uy, uy [risas]... Sí, sí, sí, sí.
P. ¿Le han dicho mucho al volante: '¡Vete a fregar!'?
R. Me han dicho: '¡Tenía que ser mujer!'.
P. ¿Y qué hizo?
R. Reírme.
P. ¿Se le puede comprar impunemente un coche usado?
R. Sí, claramente.
P. ¿Qué satisfacción le da un automóvil que no le dé su marido?
R. Un motor, cuatro ruedas, un volante para dirigirlo. Mi marido no tiene un volante para dirigirlo, ni se deja.
P. ¿Me expondría una idea creativa en veinte segundos?
R. Puedes porque crees que puedes. Virgilio.
P. Con la campaña 'El 1 para todos y todos para el 1', ¿se siente D'Artagnan?
R. No, no.
P. ¿Qué tiene de mosquetera en jefe?
R. Busco pragmatismo, objetivos claros, resultados, creatividad, capacidad de delegación y de síntesis...
P. Le incomoda hablar como mujer, la hacen caballero francés... ¿Es un perfecto hombrecito?
R. No. Me molesta cualquier tipo de entrevista o premio por el hecho de ser mujer. No soy un caballero, estoy encantada siendo mujer y valoro enormemente a todas las mujeres, sean profesionales o no.
P. Su pasión por el mus, ¿la hace ir en todo de órdago en órdago?
R. No, ni mucho menos. Incluso jugando al mus no echo todos los órdagos que debiera.
P. Y si le guiñan un ojo, ¿piensa que llevan 31 o que se están quedando con usted?
R. Normalmente, que se están quedando conmigo [carcajada].
P. ¿Va para dama de hierro?
R. No voy buscándolo en absoluto. Quizás dé esa impresión porque pienso que la responsabilidad es uno de los temas más importantes, y los resultados, otro.
P. El Wall Street Journal dice que es una de las treinta mujeres más influyentes de Europa. ¿Usted en qué se lo nota?
R. Yo no lo noto. Lo único que quiero es mirar cómo puedo vender coches y obtener la máxima rentabilidad.
P. Creo que habla a sus hijos de la distribución de vehículos en Europa. ¿Cuando acaba siguen despiertos?
R. En general, sí. Y lo que es más terrible: además, se ríen. No sé si de lo que les cuento o de su madre directamente.
P. ¿Se pasa con algo del cuerpo o del alma?
R. Si hacerse 50 kilómetros en bicicleta cada día del fin de semana puede ser una pasada... Y del alma, intento poner en práctica los principios de la relajación y de la meditación, del yoga.
P. ¿Irá a la canonización de Escrivá de Balaguer?
R. No creo, pero porque no tengo tiempo; porque como experiencia, seguro que es interesante.
P. Afirma que le divierten las revistas del corazón. Dígame algo de Antonio David y de Jesulín.
R. Creo que quieren comprarse un coche.
P. ¿ Se encuentra sexy?
R. Muchísimo. Imagínese que cuando me guiñan un ojo no sé si es porque tienen 31 o porque se están quedando conmigo. Ya simplemente la duda me hace feliz.
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