Los proyectos 'estrella' para Pamplona de UPN están parados, recurridos u olvidados
El ex concejal de Urbanismo dice que dimitió por el 'desgaste' del cargo
La dimisión del responsable de Urbanismo de Pamplona, el ya ex concejal de UPN José Ignacio Labiano, ha puesto de relieve los graves problemas que atraviesa el equipo de la alcaldesa Yolanda Barcina para sacar a delante los principales planes que se marcó. Cerca ya del final de la legislatura, los proyectos estrella de UPN para la capital navarra están paralizados, recurridos ante los tribunales o, simplemente, guardados en el cajón.
El independiente José Ignacio Labiano dimitió el pasado lunes y guardó silenció hasta ayer. En una entrevista periodística, el hombre de confianza de Barcina reconoció que los motivos personales aducidos en su renuncia están realmente vinculados a 'los tres años de tensión' vividos en el cargo de delegado de Urbanismo y se deben, entre otros motivos, al 'desgaste' personal sufrido en el proyecto de la Plaza del Castillo, en el que está imputado judicialmente, y a causas como 'la lentitud de la máquina administrativa'.
La renuncia de Labiano ha servido a la oposición para recordar que la base de la actuación urbanística de UPN, el Plan Municipal de Pamplona aprobado en julio de 2001, fue básicamente el mismo que se aprobó en febrero de 1999 con Javier Chourraut (CDN) como alcalde. En estos tres años UPN no ha planteado nuevas zonas de desarrollo y sigue gestionando el planeamiento de suelo heredado de un gobierno municipal progresista. La demanda de vivienda es muy superior a la oferta (1.000 nuevas licencias anuales) y ésta se centra en polígonos impulsados por el tripartito anterior (CDN, PSN, IU), como Buztintxuri (3.400 viviendas) o Rochapea (1.500). Además, el Tribunal Administrativo de Navarra acaba de fallar en contra de UPN, que anuló el sistema expropiatorio de Ezkaba impulsado por la izquierda para construir 1.400 viviendas de VPO y lo quiso sustituir por una fórmula de gestión conjunta con los propietarios, lo que ha degenerado en un embrollo jurídico que no ha servido sino para tener paralizada la zona durante toda la legislatura.
UPN ha continuado la peatonalización del casco histórico iniciada por consistorios anteriores, pero ha olvidado su idea de peatonalizar el Paseo de Sarasate, al estilo del Boulevard donostiarra. Además, su pretensión de conseguir que El Corte Inglés construyera unos grandes almacenes en el céntrico solar llamado de Intendencia, está paralizado. También está parado el plan para instalar la nueva Biblioteca General de Navarra en el centro histórico, en la Plaza de San Francisco. El concurso de ideas se adjudicó, pero para construir el edificio sería necesario desplazar el colegio público que ocupa el solar y ni los padres ni el PSN-PSOE aceptan su traslado a un viejo inmueble cercano que no cumple las condiciones exigidas por la LOGSE.
La venta a bombo y platillo de de un centro de arte contemporáneo en el recinto de la Ciudadela está también en entredicho. Basado en la cesión del valioso patrimonio artístico de la familia Huarte, el museo se albergaría en edificaciones militares convertidas ahora en salas de exposición, pero protegidas legalmente. El consistorio tampoco ha dado solución alguna al edificio de los Caídos, y la tercermundista estación de autobuses de Pamplona sigue deteriorándose.
No obstante, de la gestión municipal de UPN también hay logros. Entre ellos, la construcción del Parque fluvial del Arga, un paseo peatonal y ocio de veinte kilómetros de longitud que ha rescatado el río para los ciudadanos. Así como la obtención de financiación europea (11,4 millones de euros) dentro del plan Urban II para la regeneración física y social de áreas deprimidas, la consolidación de las murallas medievales o el impulso al museo de los Sanfermines.
José Ignacio Labiano ha reconocido que 'en el Ayuntamiento los problemas se han multiplicado de forma grosera e ineficaz'.
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