A la calle
Los trabajadores del Ayuntamiento de Alcobendas salieron el pasado miércoles a la calle para exigir la readmisión de todos sus compañeros despedidos el pasado mes de diciembre. Y lo seguirán haciendo los sucesivos miércoles. Este acto puede parecer poca cosa, pero no es así. Los trabajadores municipales del Ayuntamiento de Alcobendas han demostrado gran valentía al manifestarse en estas circunstancias; no en vano han visto cómo el Ayuntamiento para el que trabajan, una administración pública gobernada por la izquierda (PSOE e IU), ponía en la calle, de la noche a la mañana, a siete trabajadores fijos con entre diez y dieciocho años de antigüedad.
Para que no cundiera el pánico y parar las movilizaciones, los empleados municipales recibieron un escrito firmado por el equipo de gobierno que les aseguraba que estos despidos eran excepcionales y que no se repetirían. Y yo me pregunto: ¿por qué no se repetirán? ¿No será porque nunca debieron realizarse, ni tan siquiera excepcionalmente? ¿No será porque son injustos, no justificados y hasta vergonzosos para quienes los han ejecutado? ¿No será que el Ayuntamiento de Alcobendas, que se jacta de buscar la calidad total y firma pactos por la estabilidad en el empleo, no hace lo que predica cuando le viene en gana?
Señores concejales socialistas del equipo de gobierno, ustedes no engañan a nadie. Los trabajadores municipales que salen a la calle tienen miedo, sí, pero de aquellos que bajo la máscara del progresismo, el talante democrático y dialogante, esconden actitudes propias de una mente reaccionaria que usan cuando les da la gana.
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