'Siempre ha habido pruebas de selección y tiene que haberlas'

La teoría bien, la práctica ya se verá. 'Siempre ha habido pruebas de selección y tiene que haberlas', defiende la profesora María José Ruiz. Es la posición que mantienen dos docentes y dos alumnas del colegio privado Altocastillo de Jaén cuando reflexionan sobre la Ley de Calidad que ha propuesto el Gobierno central. La reválida, de acuerdo; los itinerarios, sí; control sobre los centros privados por parte de los poderes públicos, por qué no. Pero todo condicionado a cómo se materialice esa teoría en la práctica.

María José Ruiz García, profesora de Historia con 22 años de trayectoria profesional en el colegio Altocastillo, de la cadena Attendis, y su compañera María Dolores Espuny, bióloga con 14 años de docencia en el mismo centro, se declaran firmes partidarias de alguna prueba de selección que se realice antes de iniciar los estudios universitarios y después de acabar el bachillerato. 'La reválida en realidad no cambia mucho respecto a lo que hay ahora', mantiene Espuny.

No tiene la misma opinión Ana Chamorro, de 17 años. Ella hará la selectividad, pero piensa que si se instaura la reválida los compañeros que lleguen detrás tendrán dos pruebas, porque también necesitarán otra de ingreso en las universidades. 'Si ya de por si es duro, sólo nos faltaba que nos pongan más exámenes, ¿es que no se les ocurre nada mejor?'.

Las profesoras consideran 'lógica' la selección, mientras las alumnas de este colegio privado en el que sólo hay chicas muestran algún que otro recelo. Casilda Llacer, estudiante de segundo curso de bachillerato, cree que en lo que debe ser más exigente no es tanto en un examen final como en el propio contenido de las materias que se estudian en los centros. 'Hay muchas asignaturas flojas, como deportes o dibujo que exigen muy poco y luego condensan en unas pocas los contenidos realmente importantes, por lo que se convierten en muy duras'.

Reválida

María José Ruiz y María Dolores Espuny no ven con desconfianza la posibilidad de que las pruebas de reválida se hagan exclusivamente desde cada uno de los centros, sin necesidad de que sean supervisadas exteriormente por la Administración educativa. Hay que confiar, indican, en la profesionalidad de unos docentes que no subirían notas en sus respectivos colegios sólo para incrementar el prestigio. En todo caso, se cuestionan, igual se podría hacer desde lo público. La reflexión que despierta unanimidad entre profesoras y alumnas es la necesidad de adoptar medidas que mejoren la situación de la enseñanza actual. Las recomendaciones que hacen las cuatro es que se realicen seguimientos individualizados con cada alumno, por eso defienden los itinerarios educativos que se plantean en el proyecto del Ministerio de Educación.

Para Ruiz y Espuny el sistema que propone en los itinerarios no es extraño. Se trata, dicen, de lo que llevan haciendo habitualmente en el colegio desde que trabajan en él. 'Estamos pendiente de cada alumno para orientarle y que no se equivoque en sus decisiones a la hora de elegir sus estudios superiores. Quizá a los 14 años sea un poco pronto para hacerles decidir su camino, pero está claro que se ven muy rápidas algunas tendencias en los estudiantes. Nosotras conocemos muy bien a nuestras alumnas y les dedicamos mucho tiempo', asegura María José Ruiz.