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DIAGNÓSTICO DE LA SECUNDARIA

La mayoría de los inmigrantes estudia en centros públicos

Sólo el 17% de los padres vota en las elecciones escolares y más del 50% de los directores los designa la Administración

Carmen Morán Breña

La edad obligatoria de escolarización en España va de los seis a los 16 años. La etapa de secundaria comprende la Educación Secundaria Obligatoria (dos ciclos, cuatro años) y el bachillerato (dos cursos) o la FP de grado medio (dos ciclos). En total, de los 12 a los 18 años. Ésta es, principalmente, la franja que el Gobierno modificará con la Ley de Calidad justificando su reforma en un dato: el 30% de fracaso escolar, es decir, los chicos que no superan con éxito el nivel obligatorio; y en una idea que da nombre a la ley: alcanzar altos niveles de calidad educativa.

El fracaso es un dato objetivo, el concepto de calidad, sin embargo, depende de los fines que se marque el sistema educativo. ¿Formar una élite con grandes conocimientos? ¿Formar ciudadanos que salgan de las aulas con capacidad de supervivencia? ¿Conseguir que los chicos permanezcan más años estudiando? En función de esas metas, los datos pueden ser buenos o malos. Por ejemplo: 'La distancia entre los alumnos que saben más y los que saben menos es en España más corta que en la mayoría de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) aunque en rendimiento académico nuestros alumnos están en una discreta medianía respecto a esos países', explica Francesc Pedró, catedrático del departamento de Ciencias Políticas y Sociales la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.

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Coinciden expertos, sindicatos, padres y alumnos, en que calidad educativa no es, en cualquier caso, un examen, ni dos, sino muchos otros factores, los que tienen que ver con los alumnos, los profesores, los equipos directivos, las familias y la relación entre todos ellos. Cabe añadir dos más: la autonomía de los centros escolares y los recursos humanos y ecomómicos.

-Alumnos. 'Es el elemento fundamental y la víctima del fracaso del sistema, siempre' afirma Jesús Ramón Copa, secretario general de Enseñanza en UGT. 'No es lo mismo atender a un alumnado homogéneo , que a un alumnado dispar. Y en España esa disparidad está mal repartida, recae sobre todo en los centros públicos, que es donde se concentra el grueso de los problemas', critica Copa. Un elemento importantísimo es que la mayoría de los inmigrantes estudia en centros públicos, explican los expertos. De hecho, sólo en Madrid, el 77% de los alumnos emigrantes están en los centros públicos. Y otro tanto ocurre en Cataluña. La separación temprana en itinerarios escolares también incide directamente sobre el alumnado. El Gobierno ha presentado una de sus soluciones: separar a los chicos a los 14 años en cuatro itinerarios en función de sus rendimientos. 'Eso es un atentado contra la igualdad de oportunidades. Sancionan las diferencias y penalizan el origen de los muchachos. El día que los emigrantes que hay en Alemania estén repartidos por todos los itinerarios que tienen, cambiaré de opinión. Pero siempre acaban los mismos en los mismos itinerarios', lamenta Pedró. El número de horas que un alumno está con el profesor también es un indicador de calidad y España no está precisamente a la cabeza en esa escala. 561 horas de contacto (50 minutos la hora) al año, frente a las 733 de Alemania, las 868 de Holanda o las 964 de EE UU.

-Profesores. Los docentes se enfrentan a unas necesidades educativas que nada tienen que ver con antiguas formas de enseñanza y se encuentran 'desamparados socialmente y con pocos apoyos por parte de la Administración', dice Copa. Hay un primer problema: ¿quieren los profesores realmente serlo? Sostienen los expertos que muchos se plantean la docencia cuando han agotado otras posibilidades. Para los profesores de secundaria, la escasa formación pedagógica, llega después de la académica. Y muchos cursos que les posibilitan su entrada a la docencia otorgan apenas un barniz pedagógico.

Se barajan varias fórmulas, algunas de ellas incorporan un sistema mixto, es decir, prepararse para ser profesores al mismo tiempo que estudian la carrera. 'Sería bueno un modelo a la francesa, que incluyera una formación específica para el que quiere ser profesor', propone el secretario general de Enseñanza de CC OO, Fernando Lezcano. Y es fundamental también una formación continua.

A los que están ya impartiendo clases hay que ayudarles en su trabajo, incentivar su dedicación, muy ingrata en algunos casos. 'Que vean recompensado su esfuerzo', dice Pedró. Por ejemplo, con recursos humanos (orientadores pedagógicos), con ascensos, con jubilaciones voluntarias a una determinada edad y con unas determinadas condiciones. 'O cambiando de trabajo en el mismo centro. Los profesores veteranos podrían asesorar a los que empiezan', propone Lezcano.

La secundaria no es igual para todos los docentes españoles. Según los datos (ver gráficos) están mejor pagados que sus colegas de muchos países del entorno en relación con las horas de trabajo. Pero a sueldos iguales, la profesión no es la misma para todos. 'Hay profesores que van con miedo a los centros y a estos habría que incentivarlos', recuerda Pedró.

-Familias. La participación de las familias en el proceso educativo es clave. Desde dos puntos de vista. como elemento de eficacia: 'Las escuelas de calidad tienen un proyecto formativo compartido entre toda la comunidad educativa, son aquellas en las que se colabora en la gestión, en la evaluación', explica Alejandro Mayordomo, catedrático de Historia de la Educación en la Universidad de Valencia. Y por otro lado 'que la familia intervenga no como cliente, sino como ciudadano', añade.

España es uno de los países en los que los padres tienen representación en todos los niveles, en el centro escolar, a nivel local, provincial, nacional. Pero tienen mermadas las posibilidades reales de decisión porque están en minoría respecto a los profesores. La presidenta de la Confederación de Asociaciones de Padres (Ceapa), Eulalia Vaquero, reivindica una representación paritaria. La participación de los padres en las elecciones escolares ronda un escaso 17%.

-Dirección de centros. Más de la mitad de los directores de secundaria son designados por la Administración. Los sindicatos y los padres prefieren elegir al director de forma democrática, en el seno del centro. Pero también reconocen que hay que contar con equipos preparados para gestionar, con experiencia docente y que conozcan bien el instituto. Fracesc Pedró se inclina, sin embargo, por un modelo más profesionalizado 'en el que la democracia no se confunda con la falta de autoridad'. 'A largo plazo habría que pensar en profesionales de la dirección', defiende. Para Lezcano, el equipo directivo no puede venir impuesto desde fuera, sino que debe tratarse de un equipo cohesionado, con un proyecto avalado por todos.

-Autonomía de los centros. 'Hay que tender hacia una autonomía más amplia', dice Pedró. Donde se reconozca la capacidad del centro para autogestionarse. 'Para eso y para pedir más recursos económicos deberían establecerse evaluaciones que garanticen la transparencia y que muestren a la sociedad unos resultados. 'Los buenos profesionales querrán más autonomía y control', dice Pedró. Y los sindicatos recuerdan que hay que evaluar a los docentes (e incentivarlos en consecuencia), pero también a todo el sistema. Y no obsesionarse con las faltas de ortografía. 'También las tiene algún ministro', recuerdan.Educación

Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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