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GESTIÓN Y FORMACIÓN

Tímido despegue del despido suave

El negocio del 'outplacement' creció el 20% el año pasado

Amaya Iríbar

Los despidos son traumáticos para cualquier empresa. En los últimos años se está abriendo paso una fórmula original dirigida a suavizar el impacto de este tipo de medidas. Es lo que los anglosajones llaman outplacement y que podría traducirse como recolocación, por el cual la empresa participa de forma activa en la búsqueda de un nuevo puesto de trabajo para aquellos empleados, casi siempre directivos, de los cuales ha decidido prescindir. El sector no acaba de despegar en España, si se atiende a las cifras de otros países, pero crece a buen ritmo. El año pasado movió unos 5.000 millones de pesetas y creció un 20% con respecto al año anterior, según Juan Luis Goujon, consejero delegado de MOA Groupe BPI, empresa líder por facturación, y de la Asociación Española de Consultoras de Outplacement (AECO).

La evolución económica ha hecho más lentos los procesos de recolocación, que hoy se alargan una media de seis meses

El año pasado fue 'espectacular' para estos despidos suaves, según Goujon, que cifra en algo más de una docena las empresas que lo ofrecen y en las grandes multinacionales a sus principales clientes. Su homólogo en Creade, la segunda empresa del sector, Pau Horal, asegura que parte del avance se debe a que este tipo de servicios son cada vez más conocidos.

Entre las dos primeras empresas del sector ayudaron a encontrar trabajo a más de 2.000 personas el año pasado de alrededor de 100 empresas. 1.500 de ellos fueron guiados por MOA, que facturó el año pasado seis millones de euros (casi 1.000 millones de pesetas) y tiene entre sus clientes a compañías como Altadis o Henkel. El tiempo medio de los procesos de recolocación es de 3,5 meses.

A pesar de estas cifras, el sector no se ha visto a salvo de la mala evolución de la economía, agravada por los atentados del 11 de septiembre contra Estados Unidos. A partir de esa fecha, y hasta finales de enero, si bien se han acelerado algunas reestructuraciones de plantilla, también se han alargado los plazos que necesita una empresa de outplacement para encontrar un nuevo destino al candidato. Hoy es más difícil encontrar vacantes, por lo que el periodo medio de recolocación se alarga hasta los seis meses, asegura Goujón. También es una oportunidad, para crecer, asegura Hortal.

Los principales beneficiarios de este tipo de procesos, si se atiende a las cifras de las dos principales empresas del sector suelen ser directivos y mandos intermedios. Cuando el proceso es individual, normalmente para ejecutivos de primer y segundo nivel, estas empresas suelen cobrar un porcentaje del sueldo -el 18% en el caso de MOA-, mientras que cuando se trata de una recolocación que afecta a un grupo determinado de trabajadoresm ingresan una cantidad fija por recolocado.

Para el presidente de AECO, el hecho de que España esté hoy muy alejada de otros países de su entorno, como Francia, en la utilización de este tipo de procesos se debe a tres razones fundamentales: factores culturales, que las empresas han preferido apostar por las prejubilaciones para mitigar el efecto de los procesos de reestructuración de plantilla a los que debían hacer frente y la rigidez del mercado no facilita la extensión de un proceso que añade costes al despido y falta de conocimiento.

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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