Maragall advierte al Gobierno del PP de que no habrá pacto local si no hay Carta de Barcelona
El líder socialista plantea las elecciones municipales y autonómicas como una sola batalla
'Vamos a por todas', proclamó ayer Pasqual Maragall ante el consejo nacional del PSC, el máximo órgano de decisión del partido que preside. 'Todas' son en este caso dos: las elecciones municipales de 2003 y las autonómicas que las seguirán, o precederán. Maragall pidió a los dirigentes de su partido que se preparen para dar estas dos batallas como si fueran una sola. 'Será una confrontación en dos actos', adelantó. El líder socialista dedicó una parte de su intervención a advertir al Gobierno de Aznar de que 'no habrá pacto local si no hay Carta Municipal de Barcelona'´.
Los socialistas no quieren que la Carta Municipal de Barcelona se convierta en objeto de confrontación entre el Gobierno y la oposición, pese a que el rechazo expresado por el ministro de Administraciones Públicas, Jesús Posadas, suscita los peores temores y ha disparado las alarmas. Por eso, intentarán relacionar la Carta con la negociación del pacto local que persigue el PP. Maragall adelantó que ésta será una de las condiciones que el PSC 'pondrá sobre la mesa'. Y reclamó al Gobierno de Aznar tanto la aprobación de la Carta como de una ley para las grandes ciudades. 'No queremos que se nos diga que sólo procuramos por nosotros', afirmó.
En este contexto de voluntad negociadora, Narcís Serra anunció que representantes de todos los grupos parlamentarios se reunirán el miércoles con Posadas para explicarle la posición catalana. Será una reunión en el Congreso de los Diputados, preparada de común acuerdo con el presidente del PP de Cataluña, Alberto Fernández Díaz, y con la asistencia de los diputados Xavier Trias, de CiU; Joan Saura, presidente de Iniciativa-Verds, y Joan Puigcercós, de ERC.
Panorama de confrontación
El panorama general, sin embargo, es de confrontación ya preelectoral. Lo dijo el primer secretario del PSC, José Montilla, en el informe sobre la situación política que presentó al consejo nacional. En el ámbito español lo decisivo es, afirmó, 'el giro a la derecha en materia social y económica' dado por el PP y la reafirmación de su política 'antiautonomista, centralista y uniformadora', de la que dependen decisiones como la relativa a la Carta Municipal de Barcelona, entre otras. En el ámbito catalán lo decisivo es, según Montilla, la necesidad de CiU de 'iniciar una campaña electoral con dos años de anticipación confiando a la propaganda lo que no puede hacer desde la política'.
Tanto Maragall como Montilla destacaron la paradójica y complicada situación en que se halla CiU. La derecha nacionalista catalana desea escenificar un distanciamiento respecto del PP, del que lleva dependiendo desde hace ya seis años en el Parlament, pero al mismo tiempo recibe una oferta de Aznar para entrar en el Gobierno de la derecha, vista la total identidad de políticas. Y no sabe cómo salir del atolladero.
Los socialistas explican esta oferta de Aznar a CiU como un intento del PP de asegurarse ahora que es posible un aliado para el día de mañana, cuando haya perdido la mayoría absoluta en las Cortes. Rebajar la mayoría absoluta del PP hasta cotas que le dejen en minoría frente a una coalición progresista es es un objetivo que el PSC considera alcanzable. Para aquel momento, el PP no tiene más aliados seguros que los nacionalistas canarios, explican los líderes del PSC, de manera que Aznar intenta asegurarse ahora el futuro apoyo de CiU convirtiéndole en socio 'antes de que Mas pierda las elecciones en Cataluña y pasen a ser un partido de oposición'. El PP sabe, precisó Montilla, que cada día que pasa es más remota la posibilidad de que Cataluña tenga un Gobierno de CiU. 'Por eso quiere tenerla atada y bien atada', dijo.
Todo esto llevó a Maragall a asegurar que las elecciones catalanas 'marcarán el principio de una gran batalla democrática por el futuro de Cataluña y de España'. Una victoria en las elecciones autonómicas situará a Cataluña, dijo, 'en cabeza del movimiento irresistible del conjunto de los pueblos de España para volver a contar entre los grandes pueblos y las grandes naciones de Europa'.
La base para esa victoria a la que Maragall dijo que el PSC 'va lanzado' es su implantación municipal. Tras recordar que en torno al 60% de la población de Cataluña vive en ciudades dirigidas por alcaldes socialistas, Maragall pidió a los futuros candidatos en las municipales que vinculen directamente sus campañas locales a la de las autonómicas. Se comprometió a ayudarles a lo largo y ancho de toda Cataluña. 'Aunque sé que con ello comprometo mi credibilidad', admitió.
'Os pido que me acompañéis en mi responsabilidad de encabezar la decisiva batalla política que ha de llevarnos a la Generalitat', dijo, 'de la misma manera que yo os acompañaré a todos y cada uno de los que tengáis la responsabilidad de representarnos en las elecciones municipales'.
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