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Reportaje:

Granada 2010: una riña olímpica

La desilusión por quedar fuera de la candidatura de los Juegos origina una batalla política en la ciudad

Hace menos de un mes Granada era una ciudad unida en un proyecto común: conseguir la celebración de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2010. Todos los sectores sociales, partidos políticos, empresas o entidades se mostraban esperanzados ante la posibilidad de obtener el maná que, según el alcalde, traería a la ciudad miles de millones de pesetas. Los que no lo tenían tan claro, o no se atravieron a pronunciarse o rápidamente fueron tachados de 'enemigos del progreso', y sus voces fueron apenas perceptibles. Pero el sueño se evaporó y tras él llegaron las quejas, los reproches y de nuevo las diferencias.

En pocos días, los partidos han aparcado el consenso y se han lanzado a una lucha encarnizada en busca de rentabilidad política. Para salir airosos de esta desilusión han decidido cargar las tintas contra el adversario. El ejemplo más significativo es el del PP granadino, que a pesar de haberse sumado al consenso en favor de la candidatura olímpica, esta misma semana ha dado un giro radical y ha criticado el proyecto presentado. Su presidente, Juan de Dios Martínez Soriano, asegura ahora que 'se han vendido ilusiones falsas' y culpa de ello de forma directa al alcalde, el socialista José Moratalla.

La decisión del Comité Olímpico Español (COE) de nombrar a Jaca como la ciudad española candidata a los juegos de 2010 ha dejado en Granada heridas profundas, tanto de índole moral como material. Además de la desilusión de una ciudad a la que se le había vendido este proyecto como el remedio de todos sus males, se dan por perdidos casi 300 millones de pesetas gastados en estudios de viabilidad, promoción, asesoría, viajes y personal. Todo este dinero (los 270 millones de pesetas del año pasado más los que ya se habían empezado a gastar en este ejercicio) ha sido aportado casi a partes iguales por empresas y por las administraciones públicas. Los patrocinadores privados se implicaron de lleno en esta aventura arriesgada, lo que da a entender el grado de frustración que hay en determinados sectores.

Oficina Olímpica

La gestión de estos recursos económicos ha estado en manos de la Oficina Olímpica Granada 2010, cuyo futuro se ha convertido ahora en objeto de la mayor parte de las disputas. El gobierno municipal (PSOE, IU y PSA) ha establecido un plazo de un mes para decidir si esta institución cierra sus puertas definitivamente o si se mantiene de algún modo. La respuesta estará también vinculada a la elección de seguir o abandonar la candidatura de Granada para convocatorias posteriores. Nada está decidido, aunque alguna de las partes ya se haya decantado.

Jesús Valenzuela, concejal del PSA, tardó pocos días en pedir públicamente para sí la Oficina Olímpica. Es decir, apostó por su continuidad, pero siempre que ésta pase a depender exlusivamente de sus concejalías (Turismo, Cultura y Deportes). Valenzuela arguyó que la oficina sería un buen instrumento para que Sierra Nevada fuese cada vez más un recurso turístico para la ciudad.

En parecidos términos se expresó el secretario general del PSOE granadino, Francisco Álvarez de la Chica, quien afirmó que 'el binomio Granada-Sierra Nevada tiene un gran potencial, por lo que puede ser beneficioso mantener la relación a través de un instrumento como la Oficina Olímpica'.

Por el momento, el mantenimiento de esta estructura organizativa parace ser la opción más deseada por las partes que tienen en su mano la decisión, pero hay factores que pueden pesar en contra. El PP se ha mostrado tajante a la hora de pedir 'el inmediato cierre de la oficina'. Martínez Soriano explicó que su grupo no quiere 'saber nada de la reconversión', porque a su juicio, la candidatura olímpica 'es un capítulo que debe cerrarse'. 'Hay que quitar el cartelito, pagar a los proveedores, hacer una auditoría de las cuentas y pedir inversiones reales para Granada, sin condicionantes', agregó el presidente del PP.

Pero este partido de oposición municipal ha ido más allá. No sólo ha pedido que se clausure un organismo que ha perdido sus funciones, sino que ha criticado el proyecto olímpico en su conjunto. Martínez Soriano acusa a Moratalla de llevar hasta sus últimas consecuencias 'una idea electoralista' y asegura que 'el PP advirtió de que iba a ser un fracaso'. Este partido justifica su apoyo a la candidatura durante casi dos años: 'Ofrecimos nuestro apoyo para que no dijeran que el fracaso era por nosotros'. El concejal Juan Ramón Ferreira (PP) también ha mostrado en los últimos días su descontento con el programa olímpico presentado. A su juicio se trata de 'un proyecto que ha estado más centrado en las posibilidades turísticas que en la nieve'.

Puñaladas

Estas declaraciones de miembros del PP han originado un gran malestar entre los socialistas. Su secretario general en la provincia declaró que el PP 'ha pasado de las palmadas en la espalda a las puñaladas' y aseguró que sus compañeros de partido no entienden por qué los populares se agregaron al proyecto y ahora se sienten molestos. El portavoz del equipo de gobierno municipal, el socialista José Antonio Aparicio, se sumó a las críticas y aseguró que el PP ha actuado con 'desfachatez y oportunismo'. Incluso afirmó que a partir de ahora tiene intención de referirse a Martínez Soriano siempre por el nombre de Judas Iscariote.

Para el PSOE, como afirma el portavoz municipal del PP, Francisco Pertíñez, son 'momentos difíciles', pues el alcalde concentró en la candidatura olímpica gran parte de su programa de gobierno. Pertíñez asegura que Moratalla y sus socios de gobierno 'carecen de otros proyectos capaces de ilusionar a los ciudadanos'.

No obstante, a pesar de las pérdidas, el PSOE hace una lectura positiva del proyecto olímpico. Aseguran que Granada ha conseguido una gran 'notoriedad' en Europa, aunque la candidatura ni siquiera haya salido de España.

Las culpas del fracaso

Desde el pasado 23 de enero, cuando el COE se decantó a favor de Jaca en detrimento de Granada, no han parado de sucederse declaraciones de quienes aseguran conocer el motivo del fracaso. La designación de la ciudad aragonesa ha despertado por igual recios reproches hacia el COE, su sistema de elección y las 'presiones' de Jaca, como algo de autocrítica sobre las posibilidades reales de Granada y la madurez de su proyecto. Un informe del comité evaluador del COE, previo a la elección final, daba a Granada una ventaja aplastante respecto a Jaca basándose en criterios objetivos. Este documento hizo creer a los responsables granadinos que la designación española iba a ser un mero trámite. Pero esta no es la única secuela del informe, pues su contraposición a la decisión final del comité ha despertado las suspicacias y las acusaciones de fines irregulares en la elección. El mismo día de la reunión de la asamblea del COE, el partido de Los Verdes, que había ofrecido su apoyo al proyecto granadino, disparó duras críticas contra la designación. Sus responsables aseguraron que las causas de que Granada no hubiera resultado vencedora en el proceso eran de tipo político. A su juicio, el PP sabía que la ciudad andaluza era la única capaz de llegar a ser sede de los Juegos de 2010 y eso era un obstáculo para las aspiraciones de Madrid como candidata a las Olimpiadas de verano en 2012. Miembros del equipo de gobierno municipal han hecho observaciones similares en los últimos días. Pero es el Partido Andalucista el que ha vinculado la elección a posibles intereses económicos. Los andalucistas aseguraron que la Confederación Regional de Empresarios de Aragón 'coaccionó' al COE al ofrecerle 150 millones de pesetas para promocionar el deporte de invierno si Jaca resultaba elegida como candidata española. Otros sectores, como el PP o algunos críticos desde el inicio del proyecto, no han dejado de recordar durante los últimos días que el riesgo de falta de nieve en Sierra Nevada ha podido ser el factor determinante en el fracaso.

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