La fiscalía asegura que la Generalitat se desentiende de los 'niños de la calle'
La fiscalía asegura que la Generalitat se desentiende de la tutela de unos 150 niños de la calle -menores inmigrantes indocumentados- que vagan por las calles de Barcelona y sus alrededores, y se limita a facilitarles vales para que coman y duerman en albergues para indigentes. La fiscalía se ha quejado de esta situación a la Dirección General de Atención al Menor y aún no ha recibido respuesta, según informan fuentes judiciales.
La directora general, Anna Solé, ha negado estas críticas y ha asegurado que la Generalitat 'no puede tutelar a quien no conoce', en alusión a las dificultades que tiene para identificar a estos menores. Solé afirma que su departamento dispensa unos 'pases' a menores que no pueden ser atendidos porque las oficinas del departamento están cerradas y los envía a centros que denomina 'servicios de primera acogida', integrados en la red de servicios sociales de Cataluña, para que reciban techo y comida. La directora general dice que estos centros fueron creados para atender sólo a menores y abren por la noche los días laborables, los fines de semana todo el día y los festivos. Solé ha asegurado que normalmente los niños de la calle se escapan con frecuencia de los centros.
La fiscalía ya se quejó hace tiempo de la presencia cada vez mayor de niños de la calle en albergues para indigentes y pudo comprobar que se dirigían a ellos con vales facilitados por el Departamento de Justicia. El problema, a juicio de los fiscales, es que la Generalitat no asume la tutela de este colectivo de unos 150 niños de la calle y no les proporciona una educación integral, 'como sería su obligación'. Las mismas fuentes consideran una excusa la justificación de la Generalitat de que no tiene catalogados a estos niños como desamparados. La fiscalía subraya, sin embargo, que el desamparo de los niños es evidente y que ello obliga a la Generalitat a actuar 'como un padre' y proporcionarles educación, manutención e incluso ropa adecuada.
La mayoría de estos niños de la calle son adolescentes magrebíes que han llegado de forma ilegal a España y que han hecho del pequeño hurto o robo un hábito. Algunos de estos menores, gracias a una iniciativa de la fiscalía, han sido 'recluidos' o 'contenidos' en centros cerrados para ser obligados a recibir una educación, pero estos casos aún son pocos. La directora general de Atención al Menor ha reconocido sólo que en algunos casos 'concretos' ha habido problemas de atención a menores por una 'falta de coordinación' con la fiscalía.
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