Las palabras
¿Cómo conseguir que nuestras palabras aparezcan siempre en los medios tal cual fueron pronunciadas?
Esto es algo que da vueltas en mi cabeza. Muchas veces sucede que lees palabras puestas en tu boca que nada tienen que ver con tu verdadera opinión. Es muy fácil, aunque sólo sea por un error tipográfico, que esto suceda.
He llegado a tener, incluso, problemas personales con compañeros de la profesión por 'palabras' mal entendidas, escritas de forma diferente a como fueron dichas o simplemente sacadas de contexto.
Entiendan, por tanto, mi sensibilización para con este tema; es mi opinión lo que está en juego y la opinión se configura con los artículos bien escritos, que son muchos, pero también con los errores cometidos a la hora de escribirlos.
En este sentido, y sirva como ejemplo, corrijo dos 'intervenciones mías' recientes en este periódico:
Participé en la presentación del libro de Joaquín Estefanía Hij@ ¿qué es la globalización?, formulando, entre otras, la siguiente pregunta a Joaquín: ¿cómo salvaguardar las identidades culturales en un mundo globalizado? Este periódico, en una nota publicada al día siguiente relataba: Pedro Guerra preguntó a Estefanía cómo salvaguardar 'las entidades culturales...'. Sólo un pequeño matiz desdibuja totalmente el sentido original. Unos días después, Tentaciones me propone colaborar en un reportaje sobre Operación Triunfo.
En el reportaje aparece sólo una parte de lo que yo había escrito, desdibujando así el sentido final de lo que se quería decir. Considero, por tanto, que no quedó clara mi opinión sobre este programa, que, en todo caso, es mucho más crítica de lo que 'mis palabras' finalmente reflejaron en dicho reportaje.
Operación Triunfo está cambiando el entorno en que nos movemos cultural, industrial y artísticamente hablando; el debate está abierto y creo que debe ser largo y profundo. Por tanto, mi opinión en este debate quiere ser rigurosa y seria. No es así como la he visto reflejada.
Pretendo llamar la atención sobre los desencuentros entre la palabra dicha y la palabra escrita. Algo que, aunque pueda parecer una tontería, sufrimos constantemente las personas cuya opinión, por la razón que sea, trasciende hasta el dominio de lo público.
