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Reportaje:

'Gracias, pero no soy el ciclista'

Aznar felicita al atleta de Málaga Pedro Delgado por los éxitos del ganador del Tour

El atleta malagueño, Pedro Delgado Fernández, de 35 años y retirado de las pistas desde octubre pasado, se topó la pasada semana con la que podría haber sido la mayor sorpresa de su dilatada carrera deportiva de 21 años. Recibió un telegrama de felicitación del mismísimo presidente del Gobierno, José María Aznar, por recibir la Gran Cruz de la Real Orden del Mérito Deportivo y por sus logros en el mundo del ciclismo.

El sobresalto no llegó a mayores porque el corredor ya está acostumbrado a que le confundan con Pedro Delgado Robledo, el ciclista segoviano al que todos conocen, entre otros triunfos, por la exhibición en el Tour de Francia de 1988. La costumbre llega de los medios de comunicación. El Diario Sur anunció el 31 de marzo de 2001 que el mítico escalador participaría en una carrera de fondo en Málaga, aunque más tarde enmendó su despiste. Incluso la agencia Efe ya proclamó al segoviano como ganador de otra prueba local en 1987, noticia que publicó este periódico, que también rectificó.

Aunque no se da por aludido, el atleta es persona educada y ha respondido con una carta a La Moncloa en la que comunica el error que ayer confirmó a este periódico el departamento de protocolo de la Presidencia del Gobierno. Delgado Fernández resta importancia al fallo en la misiva e invita al presidente a que acuda el próximo 17 de abril al homenaje que recibirá durante la Media Maratón de Málaga.

En su respuesta al presidente, le remite un currículum en el que se acredita que ha sido el corredor de fondo más popular de Málaga. Victorias en maratones como la de Badajoz y su reciente subcampeonato de Andalucía de media maratón así como su quinto puesto en los pasados campeonatos de España de Maratón avalan su carrera. Fue campeón del Mundo de Cross universitario por equipos en 1988 e incluso estuvo preseleccionado para los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992 en los 3.000 metros obstáculos. Además, se impuso en la prueba clave de la Liga de Carreras Urbanas de Londres, en el equipo Colling Wood, y coincidió con Fermín Cacho y José Luis González en las filas del Joma, en Toledo.

A pesar de su pasión por el atletismo, se confiesa gran admirador de su gemelo ciclista. 'Disfrutaba por la emoción que Pedro Delgado ponía en las carreras', afirma mientras repasa bolsas y bolsas de recortes y recuerdos que guarda en su casa.

Después de las primeras confusiones mediáticas con su identidad, pensó acercarse al ganador del Tour en alguna de las ocasiones en las que éste visitó Málaga, pero no llegó a hacerlo. Ahora ya tiene la excusa perfecta: entregarle el telegrama de felicitación que el ciclista nunca recibió.

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Pedro Delgado Robledo aseguró ayer entre risas que no sabía que hubiera un deportista malagueño al que confunden con él. 'En Segovia sí hay dos personas que se llaman como yo, y una vez el cartero me trajo una carta que no era mía', comenta el ciclista. '¿El telegrama? No lo hecho en falta porque me mandaron muchos tras obtener el galardón hace dos semanas', apostilla el ahora comentarista, quien no tendrá problemas en conocer a Pedro Delgado Fernández cuando la Vuelta Ciclista a España pase por Málaga.

Los telegramas acertados

Pedro Delgado Fernández lo guarda todo. Cualquier referencia de sus 21 años de carrera como atleta está acumulada en multitud de carpetas. El telegrama del presidente del Gobierno no lo guardará porque pretende entregárselo a su verdadero dueño, el ciclista Pedro Delgado. Lo que sí conserva son los telegramas que el entonces vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, y el ex secretario de Estado para el Deporte, Javier Gómez-Navarro, (o el gabinete de ambos) les hicieron llegar al atleta malagueño cuando logró el Campeonato de España de Cross Universitario en 1987. El atleta, ya retirado, no espera que el pequeño desliz protocolario pase de ser una anécdota y no busca reconocimiento extra. Ya se siente arropado en el terreno profesional y ahora vive más inmerso en su nueva carrera, la de escritor de libros de viaje. Su primer obra, Al sur del Sahara de Ediciones Caligrama, funciona mejor de lo que él mismo esperaba. Esto le da más ánimos para utilizar el abundante material y vivencias acumulados en sus viajes por El Magreb, India, Nepal, Gambia, Mauritania, Malí, Burkina Faso, Ghana o Costa de Marfil. Incursiones que simultaneó con el atletismo.

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