Popurrí atómico
Todo está listo para que en la gala de hoy Bisbal deslumbre a sus fans y acalle a sus detractores con una versión de Vida loca. En el chat de los lunes, en el que los alumnos responden a los mensajes de la audiencia, y que suele convertirse en un original híbrido de terapia de grupo y jam-session, el almeriense estuvo muy fino bordando unas estrofas de La hija de Juan Simón, ese pedazo de copla hispano-macabra. Vida loca cerrará una semana marcada por movidas extraprogramáticas, como esos alcaldes que, en plan Berlanga, ponen a disposición del pueblo líneas de teléfono para apoyar a los suyos. Ojalá se tomen tan en serio otros problemas municipales. Con independencia de estos obscenos esfuerzos propagandísticos, habrá que ver si la Fergó resiste el enorme tirón del Chaval del Tatuaje y logra movilizar (nunca mejor dicho) a sus simpatizantes para pillar la última plaza de finalista.
Sea quien sea el perdedor, ya puede ir enfundándose el traje de faena: deberá soportar un vía crucis como el que le ha tocado a Gisela. Estuvo en Lo + Plus, de convidada de piedra para lucimiento de sus anfitriones, y en Así son las cosas, muerta de sueño, con el ex policía intentando despertarla a base de piropos. Ahora se unirá a la gira de los eliminados.
Los supervivientes, mientras tanto, dedicaron un rato a leer El Principito, quizá para compensar la draconiana jerga contractual que les espera al salir de la Academia, y compartieron charla con el grupo Café Quijano. 'Las cosas nuevas me dan miedo', dijo Rosa en la sesión de ensayo del tema anglo-italiano que cantará esta noche con menos kilos y menos miedo. La frase parece el lema de los directivos de según qué cadenas televisivas. Verónica podrá rectificar algunos errores: se ha preparado mucho y, además, le han asignado un bolero de esos que, como las almorranas, hay que sufrir en silencio o susurrar con un hilillo de voz con el que resulta más difícil equivocarse. A Manu se lo han puesto a huevo: un toro de la ganadería Manzanero afeitado por La Barbería del Sur. ¿Y Chenoa? Muy bien, gracias. Abróchense los cinturones, porque su carisma provocará turbulencias en el plató sólo comparables a las del atómico popurrí que, según www.portalmix.com, cantarán todos juntos.
Será el principio de una recta final de concurso que promete un frenesí de alcaldes apelando al demagógico populismo telefónico. El número más famoso de España no es ni el de un coñac ni el del dorsal de Raúl, sino los 906 para salvar a los candidatos. Más números: el miércoles, los concursantes cumplieron 100 días en la Academia. Lo celebraron con un poco de relajación y una clase con Helen, tan triste por la derrota del Liverpool como nosotros por la ausencia de Pilar Tabares. Para consolarla, los chicos deberían haberle cantado We'll never walk alone, el himno con el que la afición del Liverpool suele recibir a su equipo. A los concursantes también les han prometido no dejarlos solos, pero ver a Javián intentando entretener a un mogollón de niñas disfrazadas de falleras invitaba a la duda.
En una entrevista que le hizo Joan Barril en Barcelona Televisió, la cada vez más cansada y serena Nina dijo una verdad como un templo: 'Si antes del concurso cualquier alumno de la Academia hubiera llamado a la puerta de una discográfica con su maqueta bajo el brazo, no le habrían hecho ningún caso'. Ahora el problema quizá sea que les estamos haciendo demasiado.
