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Reportaje:

'Estimado profesor Mohamed'

Estudiantes de Cádiz envían libros a Kabul para que se recuperen las clases de español

A Mohamed Kabir Nezami, profesor de español de la Universidad de Kabul, le gustaría tener como alumnos a Pepe, Ricardo, Carolina, Sonia, Violeta, Mónica o Dani. Son algunos de los 23 estudiantes, de 16 años de edad, de una clase de primero de Bachiller del colegio salesiano San Ignacio de Cádiz que se dirigen con admiración a Nezami en dos cartas en las que le animan a no perder la esperanza y a mantener su cruzada particular en favor de la enseñanza del español en la capital de Afganistán.

En las dos misivas, los jóvenes le explican que le conocieron a través de un artículo periodístico publicado en EL PAÍS el pasado 7 de enero, titulado Sin noticias de Cervantes en Kabul, en el que el enviado especial de este periódico Juan Pedro Velázquez-Gaztelu narraba 'el estado de penuria' en el que se encontraba la enseñanza del español tras el periodo de dominio talibán, que dejó vacías las aulas del Departamento de Lengua y Literatura Española.

Los alumnos se conmovieron con la descripción que el corresponsal hacía de la biblioteca, donde 'el 80 % de los libros se quemó durante la guerra civil que arrasó Kabul de 1992 a 1996 y los que sobrevivieron se amontonan hoy en unas estanterías desvencijadas sin orden alguno, con las solapas rasgadas y cubiertos de polvo'. Un ejemplar de El Quijote, edición de 1960, con un sello que recuerda su pertenencia a la Universidad de La Habana, otro de La Celestina, las obras completas de José Martí, discursos de Fidel Castro y viejos manuales de literatura española son el último resquicio que recuerda los años dorados de este departamento, que fundó Cuba en 1979, tras la invasión soviética de Afganistán.

El grado de compromiso de los jóvenes estudiantes fue creciendo con la lectura que les acercaba su profesora en la asignatura Medios de Comunicación, Josefina Junquera, titular de Lengua y Literatura. De ella surgió una idea que pronto cuajó en los alumnos ante la llamada de auxilio que hacía Nezami para recuperar la enseñanza del español: enviarle libros. 'Enseguida se volcaron los chicos con esta iniciativa en un gesto muy bonito y plausible', explica Junquera.

Al día siguiente, todos aportaron un euro para comprar una edición nueva comentada del Quijote y llevaron casi medio centenar de libros. La muestra solidaria de algunos de los chicos les llevó incluso a apuntarse como voluntarios a la Cruz Roja cuando sus responsables en Cádiz se comprometieron a entregar en mano a Mohamed Kabir Nezami los dos paquetes que el servicio nacional de Correos y Telégrafos no aceptó. Los libros ya forman parte del envío de comida y medicinas que este mes febrero transportará esta organización como ayuda humanitaria.

Un puente cultural

La Celestina, El lazarillo de Tormes, una antología poética de Machado, otra de la Generación del 98 y, por encima de todos, la nueva edición de El Quijote son algunos de los tesoros literarios que viajarán a la capital afgana. En unos días, Nezami contará con estos libros para seguir impartiendo sus clases de español. En el interior de las dos cajas, encontrará también autores españoles más modernos, un catálogo de la Fundación Alberti con poemas del poeta portuense, la revista Atlántica de poesía con textos en árabe y un recorte de periódico que informa sobre el fallecimiento de Camilo José Cela, Nobel español de Literatura. Las dos cartas, acompañadas de postales de Cádiz, un puzzle de un mapa de España y una foto de la clase sacada del anuario del colegio completan el envío. Es la ayuda que Nezami estaba esperando. Serán los primeros libros que le llegarán de España. Este profesor puede seguir afirmando que el Gobierno español 'nunca se interesó por la enseñanza del idioma en Afganistán'. Ahora, los alumnos de Cádiz esperan su respuesta para saber si su envío ha servido para algo. 'Nos gustaría que los estudiantes nos escribiesen y nosotros les contestaríamos, porque la idea es establecer una relación directa con un mundo que conocemos y seguimos por los últimos acontecimientos y que ellos también sepan cómo vivimos aquí', sugiere Junquera. Es una idea compartida por la Cruz Roja. 'Pretendemos que esta iniciativa tenga varias consecuencias positivas: no solamente que llegue este material y profundizar en el conocimiento de la lengua española, sino también conseguir una relación y un intercambio de cultura y mentalidad entre dos pueblos y los jóvenes de dos sociedades muy distintas', subraya Carolina Camacho, presidenta de Cruz Roja en Cádiz, que junto con su compañero Pedro López, ha coordinado con el servicio internacional de esta organización humanitaria este envío.

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