Un día en Nueva York

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, pasó un día en Nueva York. Como veterano de las reuniones de Davos, la organización le pidió que no faltara en la edición de este año, concebida como homenaje a la ciudad más castigada el 11 de septiembre. Y Pujol se rodeó del conseller en cap, Artur Mas, y del consejero de Industria, Antoni Subirà, para hacer acto de presencia en el Waldorf Astoria. 'No he venido a nada concreto, básicamente estoy aquí porque no se podía faltar', comentó. 'Tenía un problema de agenda, acabo de llegar y me voy enseguida a Egipto para un viaje oficial'.

Pese a la brevedad de su visita, Pujol sacó conclusiones. Mantuvo algunas charlas informales (el comisario europeo Pedro Solbes, una delegación serbia, algún que otro empresario y, ya fuera del hotel, con un grupo de catalanes residentes en Nueva York) y, asesorado por Mas y Subirà, que habían llegado antes, opinó que en el Foro Económico Mundial se respiraba 'un optimismo moderado'. 'Las consecuencias de los atentados del 11 de septiembre han sido menores de lo que se temía y, dejando de lado a Japón, cuyo sistema sigue anclado en el pasado e incapaz de reformarse, y las dificultades de Alemania, se percibe que la economía internacional se recupera de forma lenta, pero segura', explicó Pujol en un encuentro con la prensa española.

'No he venido a nada concreto; estoy aquí porque no se podía faltar', asegura Pujol

'El Gobierno de la Generalitat es partidario de la globalización', proclamó el presidente catalán, 'pero entendida como un juego de equilibrios, en el que todos salgan ganando'. 'El Fòrum 2004, en Barcelona, planteará precisamente el diálogo de las culturas en un mundo globalizado', añadió.

'Este es un momento en que domina el miedo', prosiguió Pujol. 'La gente tiene miedo a la globalización, a la liberalización, a los cambios en el medio ambiente e incluso a los alimentos. Uno de los temas centrales de los debates que se realizan en Nueva York es precisamente cómo abordar ese problema del miedo, lo que demuestra, una vez más, la sensibilidad del Foro para captar los proble-mas generales de máxima actualidad'.

Un periodista comentó a Pujol que los neoyorquinos no se sentían especialmente homenajeados por el despliegue policial, los cortes de tráfico y la exhibición de lujo que rodea la reunión del Foro. 'Quizá la presencia es mal acogida, pero la intención es buena', aclaró. Y trasladó la cuestión a la reunión que los ministros de la Unión Europea celebrarán en Barcelona, 'la más importante de la presidencia española, porque se referirá a tecnología, infraestructuras, investigación, cosas del máximo interés'. 'Puede haber incomodidades ciudadanas, pero lo primero que debemos pensar es que gran parte de nuestra prosperidad se debe, precisamente, a que formamos parte de la UE, y que el hecho de que esa cumbre se realice en Barcelona es un motivo de orgullo. Luego ya veremos', aclaró, 'si hay que cortar tal calle o tal otra, o si hay que movilizar policía para controlar alguna manifestación'.

La jornada neoyorquina de Pujol acabó en el hotel Roger Smith, con una reunión de grupo Friends of Catalonia, un colectivo de unas 300 personas con vínculos con Cataluña. El presidente de la Generalitat y el consejero Subirà tienen previsto partir de Nueva York hacia Barcelona, desde donde tomarán un vuelo en dirección a El Cairo, primera escala de la visita oficial de Pujol a Egipto.