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Tres internos de 17 años se fugan del reformatorio El Pinar tras un motín

Tres internos del reformatorio de El Pinar (Fuencarral), de 17 años, se fugaron al mediodía de ayer de este centro cerrado para menores autores de delitos graves aprovechando un motín organizado por una decena de sus compañeros para facilitarles la evasión. Según portavoces de la Consejería de Servicios Sociales, 'los incidentes comenzaron en el taller de carpintería cuando un chaval hirió con un formón a un vigilante'. Éste sufrió un 'corte superficial en el abdomen' y otro guarda 'heridas leves en la mano después de que se la aprisionasen con una puerta'.

Durante el altercado, según Servicios Sociales, varios internos subieron a los módulos donde están sus habitaciones 'rompiendo cristales y vaciando los extintores'. 'A uno de los coordinadores que la Comunidad tiene en el centro le lanzaron uno de los extintores, pero no le dieron', añaden.

Empleados del centro afirman que tres jóvenes aprovecharon para escaparse por el patio mientras los vigilantes intentaban reducir a los amotinados. Según estas mismas fuentes, algunos internos también sufrieron hematomas.

Los responsables de El Pinar avisaron a los antidisturbios, a los bomberos y al 061. Portavoces del Cuerpo Nacional de Policía aseguran que, cuando los agentes llegaron, la dirección del centro les indicó que ya no era necesaria su intervención. Los educadores habían apaciguado la situación haciendo volver a los chicos a los módulos. Los bomberos aseguran que 'no encontraron ni fuego ni humo'.

De los tres chavales evadidos -uno español, otro marroquí y otro colombiano-, hay uno, el español, que ya se ha escapado otras dos veces de reformatorios madrileños, la última vez de El Pinar, en las pasadas navidades. Los tres están implicados en delitos de robo con violencia. El que atacó con el formón al vigilante quedó sancionado, por falta muy grave, en la celda de aislamiento, de donde sólo puede salir para asistir a clases obligatorias, recibir visitas y estar al aire libre (dos horas al día como máximo).

La de ayer es la primera fuga ocurrida en El Pinar desde que, el 1 de enero, asumiera la gestión de este centro la Fundación Grupo Norte, vinculada a un holding empresarial con 4.000 trabajadores. Es el único reformatorio, de los cuatro madrileños, con dirección de la Comunidad y personal privado. En su primer año en El Pinar, gestionado entonces por la asociación Cicerón, hubo cinco motines, cinco fugas y otros tantos intentos

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El responsable de los reformatorios madrileños, Victor García, calificó los incidentes ocurridos ayer en El Pinar, durante los cuales se fugaron tres menores, de 'hecho aislado motivado fundamentalmente por las intenciones de fuga de uno de los chavales que, al fin, consiguió su objetivo'. En este centro están internados 30 menores, la mayoría imputados en robos con violencia.

La Ley Penal del Menor, vigente desde el 13 de enero de 2001, permite la gestión privada de los reformatorios por parte de 'entidades sin ánimo de lucro'. Grupo Norte, que gestiona El Pinar, posee empresas de limpieza, seguridad, trabajo social, telemarketing y una ETT. Regenta, asimismo, desde hace un año, el reformatorio vallisoletano de Zambrana.

Hasta el 31 de diciembre, el reformatorio de El Pinar estuvo dirigido por la asociación Cicerón, una entidad que, cuando se le adjudicó el servicio, no estaba ni inscrita en el registro de asociaciones del Ministerio del Interior.

La portavoz del PSOE en asuntos de menores en la Asamblea de Madrid, Elena Vázquez, responsabiliza al Gobierno regional, del PP, de los incidentes de ayer. 'Desde el momento en que adjudicó la gestión de este centro a la Fundación Grupo Norte puso los pilares para que esto sucediera', aseguró a la agencia Efe. 'Si cuando la empresa Cicerón gestionaba este centro las fugas eran continuas, con Grupo Norte, que es Cicerón bis, no es de extrañar que pase lo mismo, porque es igualmente una empresa sin experiencia y con profesionales sin alta cualificación', añade.

'Las fugas de menores pueden ocurrir en cualquier centro, pero lo de El Pinar es demasiada reincidencia, y esto sólo se puede evitar con la gestión pública del centro y con profesionales muy cualificados', matiza Vázquez.

Servicios Sociales defiende este modelo de reformatorio con dirección pública y personal privado por considerar 'que aprovecha la mayor agilidad de las empresas en la contratación de trabajadores y el control que garantiza una dirección pública'.

Los otros dos reformatorios en régimen cerrado son Renasco (19 plazas) y El Madroño (15 plazas), ambos en Carabanchel.

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