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Puig denuncia las argucias contables del Consell para ocultar la 'quiebra'

El aplazamiento por parte de la Generalitat del pago de una deuda de 578 millones de euros (96.000 millones de pesetas) generada en obligaciones a corto plazo durante 2001, que anunció Vicente Rambla, consejero de Hacienda, el pasado lunes, ha provocado una airada reacción del grupo mayoritario de la oposición en las Cortes Valencianas. Joaquim Puig, portavoz socialista, denunció ayer que la conversión en deuda a largo plazo, con vencimiento superior a un año, de semejante cantidad 'evidencia las argucias contables de Eduardo Zaplana para disimular el caos económico de su gestión al frente de la Generalitat'.

Según Puig, la gestión de las cuentas públicas desde el ascenso de Zaplana a la presidencia de la Generalitat sigue una senda hacia 'la quiebra técnica'. El portavoz socialista acusó a Zaplana y a Rambla de actuar con 'nocturnidad y alevosía' en la gestión de los fondos públicos. 'No es posible que no asuman ninguna responsabilidad cuando, al presentar un presupuesto, se comprometen a no pedir un préstamo a largo plazo y luego, solicitan, a escondidas, 578 millones de euros, un dinero que hipoteca a la Generalitat para los próximos decenios', dijo Puig.

Tensiones de tesorería

La transformación de obligaciones a corto plazo en deuda a largo plazo se ha convertido en una práctica relativamente habitual durante los últimos años. El volumen que ha adquirido el déficit de tesorería, que el pasado mes de noviembre rondaba los 370.000 millones de pesetas, obliga a los responsables de la arcas de la Generalitat a solicitar créditos a corto plazo de forma sistemática. El Banco de España suma tales obligaciones cuando mide la deuda pública de las administraciones, de modo que la renegociación de las condiciones de vencimiento no altera el volumen total de la deuda, pero supone una dilación en los pagos que compromete la gestión futura de las cuentas públicas.

Juan Costa, portavoz de Hacienda del PP, se apresuró a replicar a Puig aferrándose al argumento contable. Según Costa, 'el señor Puig evidencia que no tiene la menor idea de política financiera y confunde términos y conceptos, ya que no existe ningún nuevo endeudamiento por parte de la Generalitat'.

Joan Ribó y CC OO, por su parte, arremetieron ayer contra los retrasos en el pago de las nóminas del mes de enero a los funcionarios de la Generalitat. Fuentes del Consell explican que se han producido ciertos problemas técnicos debidos a la introducción de un nuevo sistema informático para la gestión de la contabilidad pública y el pago de las nóminas. La liquidación de las cuentas del ejercicio pasado y la adaptación al euro sólo ha complicado las cosas. Dadas las circunstancias, los funcionarios cobrarán este mes su nómina habitual antes del día 31, pero sin 'incidencias', es decir, sin complementos específicos.

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