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Dimite el ministro Tarifi, el primer árabe en un Gobierno israelí

Saleh Tarifi, de 58 años, el primer ministro de origen árabe en ser elegido miembro de un Gobierno israelí, presentó ayer su dimisión, después de haber sido víctima de un chantaje sexual y acusado de los delitos de prevaricación y soborno, supuestamente cometidos hace dos años, en favor de un amigo palestino para que éste pudiera conseguir la residencia en Israel.

Tarifi era una de las figuras más prominentes del sector árabe del Partido Laborista, en el que militaba desde hace más de tres décadas. Líder de la minoría árabe drusa -20% de la población-, ocupaba desde hace 10 años un escaño en el Parlamento de Jerusalén, del que durante tres años fue su vicepresidente. Coronel en la reserva de la brigada de Caballería y Paracaidista, es licenciado por la Universidad de Haifa, al norte de Israel, donde había nacido y donde tiene una gran popularidad.

El pasado mes de marzo, Tarifi fue designado por la dirección laborista para hacerse cargo de una de las ocho carteras a las que el partido tenía derecho en el Gobierno de unidad nacional presidido por Ariel Sharon.

Su inclusión dentro del Ejecutivo supuso una verdadera revolución en la historia de Israel, ya que era la primera vez que un árabe se convertía en ministro, aunque no se le responsabilizó de ninguna cartera y se le dio como única misión la de tutelar los asuntos árabes.

Disciplina de partido

Tarifi había declarado en los últimos meses y en más de una ocasión sentirse incómodo en el Gobierno de Sharon, sobre todo como consecuencia de la Intifada y la política militar impulsada por el jefe del Ejecutivo para resolver el problema palestino. Aunque en más de una ocasión había propugnado la salida de los laboristas del Gabinete, también decidió, por disciplina, permanecer en su puesto junto con el resto de sus compañeros.

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La posición de Tarifi se complicó hace poco menos de dos semanas, cuando se filtró a la prensa un escabroso asunto por el que estaba siendo sometido a chantaje. Al parecer, los extorsionadores habían filmado al ministro mientras mantenía relaciones sexuales con una mujer, y le solicitaron a cambio una importante cantidad de dinero.

En plena polémica, y mientras Tarifi trataba de aclarar su situación, se reabrió un viejo asunto -supuestamente cometido hace dos años, antes de ser nombrado ministro-, cuando medió para que un amigo palestino pudiera obtener el permiso de residencia en Israel, a cambio de dinero y tras falsificar algunos documentos.

La presión de todas estas acusaciones obligaron ayer a Saleh Tarifi a presentar su dimisión ante el jefe del Gobierno, en el transcurso de la reunión semanal del Gabinete. Tarifi entregó una carta personal a Sharon y se negó a dar más explicaciones públicas sobre su renuncia a convocar una conferencia de prensa, como algunos de sus compañeros le habían sugerido.

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