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Crónica:FÚTBOL | La jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Guayre alumbra al Villarreal

Tras siete jornadas sin ganar, el Villarreal volvió a hacerlo. Con momentos dulces y final agónico, como de costumbre en un conjunto poco dado a defender un marcador favorable. Cuando los resultados no acompañan, los nervios atenazan, los músculos se agarrotan y el cerebro se bloquea, nada mejor que juntar a un grupo de jugadores descarados, atrevidos, brillantes y que perseveran en su creatividad. Jorge López, Víctor y Guayre se pusieron de acuerdo al borde del descanso para sacar de la chistera una jugada de tiralíneas que sirvió para adelantar a su equipo en el marcador. Dos minutos después, Pizzi dobló la ventaja consiguiendo su primer gol en su nueva etapa en el fútbol español. Parecía todo resuelto, pero un nuevo error defensivo del Villarreal puso de nuevo en el partido al Tenerife, que se fue de vacío del Madrigal por su negación ante el gol.

VILLARREAL 2| TENERIFE 1

Villarreal: López Vallejo; Xavi Roca (Galván, m. 72), Ballesteros, Unai, Arruabarrena; Jorge López (Xabi Gracia, m. 90), Amor, Cagna; Guayre (Calleja, m. 57), Víctor; y Pizzi. Tenerife: Sergio Aragoneses; Manel, David Charcos, Lussenhoff, Basabilbaso; Bassedas, Bino, Martí (Jaime, m. 79), Iván Ania (Xisco, m. 61); Fuertes y Marioni (Simutenkov, m. 68). Goles: 1-0. M. 42. Combinación entre Guayre y Víctor que culmina Jorge López de disparo picado. 2-0. M. 44. Pizzi recibe un pase interior de Guayre y pica el balón justo ante la salida desesperada del meta Aragoneses. 2-1. M. 46. Marioni ejecuta un centro chut, tras el saque de una falta lateral, que sorprende a la defensa del Villarreal y al portero, López Vallejo. Árbitro: González Vázquez. Amonestó a Iván Ania, Fuertes, Bassedas, Unai y Ballesteros. Unos 18.000 espectadores en el estadio del Madrigal.

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Víctor Muñoz arriesgó en sus planteamiento y actuó de inicio con tres puntas: Guayre, Víctor y Pizzi. Tras explotar en El Sadar con sus dos goles ante Osasuna, dejar a Guayre en el banquillo hubiese sido un desperdicio de talento. Así lo volvió a demostrar ayer el delantero canario. De su imaginación y de su endiablada velocidad nacieron los dos goles de su equipo. De nada sirvió el desesperado ataque final del Tenerife.

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