Valderas saca adelante su informe de gestión en un debate marcado por las alianzas con el PSOE
La conveniencia de pactar con otros partidos y la necesidad de dotar a Izquierda Unida de un perfil propio, nítidamente diferenciado: estos dos puntos centraron la discusión que mantuvo ayer el Consejo Andaluz de IU en La Carlota (Córdoba). La resolución política vino seguida de un debate largo y trabajoso pero no demasiado caldeado, y de una votación al informe de gestión presentado por el coordinador regional, Diego Valderas, que dio los siguientes resultados: 43 votos a favor de las tesis oficialistas (68,2%), 13 abstenciones, el 20,7%, (entre ellas, la de Concha Caballero, coordinadora de IU en Sevilla y dirigente del sector crítico) y siete votos en contra, el 11,1% (entre ellos, el de Juan Manuel Sánchez Gordillo, del Colectivo de Unidad de los Trabajadores-Bloque Andaluz de Izquierdas). De los 124 miembros del Consejo Andaluz, 72 acudieron a la cita de La Carlota.
Diego Valderas, coordinador general de IU en Andalucía, advirtió que la federación necesita marcar 'un discurso único', lo que no excluye 'un debate leal y constructivo', para configurarse como alternativa de izquierdas. Indicó que es prioritario lanzar la nueva Convocatoria por Andalucía, 'para generar alianzas con la sociedad', y apeló a alejarse 'de pinzas y entreguismos'. Tachó de 'débil, fracasado y atrapado en políticas neoliberales' al Gobierno de Manuel Chaves; declaró tajantemente que 'no se dan las condiciones para llegar a un pacto global con el PSOE, porque nos diferencian muchas cosas', y recalcó que el acuerdo sobre las cajas de ahorros fue puntual.
Aun marcando las distancias con los socialistas, Valderas puso como ejemplo a seguir la alianza de IU y PSOE en el Ayuntamiento de Córdoba, donde, dijo, la política es muy distinta de la de municipios gobernados por el PP o el PSOE, y se registra 'más participación, una mayor implicación en problemas sociales y más contacto con la ciudadanía'.
La intervención de Concha Caballero comenzó con una petición de discreción. 'Es necesario que tengamos este debate sin broncas y sin acompañamiento mediático', afirmó, y especificó que no sólo se refería 'a los medios afines a la derecha, sino también a los del Grupo PRISA'. Caballero continuó asegurando que IU no puede sucumbir 'ante cantos de sirena', y que, en un contexto de derechización, a la federación le hace falta definirse claramente y establecer alianzas sociales.
Salitas y dormitorios
La dirigente crítica reivindicó un cambio en los criterios organizativos, 'más participación y menos jerarquía'. 'La Convocatoria por Andalucía no puede convertirse en un puro sello electoral', señaló. 'Y el proceso de la Convocatoria es incompatible con estar en la sala de espera del PSOE', concluyó.
Le respondió Felipe Alcaraz, portavoz de IU en el Congreso de los Diputados, indicando que 'no se trata de estar en la sala de espera del PSOE, pero tampoco en el dormitorio del PP'. Alcaraz lamentó que se estuviese instaurando 'el discurso de las sospechas', en el que se acusa a unos u otros de ser proclives al PSOE. 'Así no se puede trabajar', dijo, y defendió una postura constructiva. 'Uno tiene que responsabilizarse de lo que dice ante los medios', añadió, 'no se puede culpar a otros de las dificultades internas o de las broncas de cada día'. Alcaraz abogó por dar más protagonismo a las bases en lo que toca a los acuerdos.
Para Juan Manuel Sánchez Gordillo, IU está incurriendo en prácticas cainitas y le falta pluralidad. 'No nos gusta cómo se hacen las cosas, ni en el fondo ni en la forma', resumió, y se mostró en contra del acuerdo sobre las cajas, que, opinó, 'es devolver al PSOE el cortijo financiero y abrir puertas a la privatización'. El CUT de Sánchez Gordillo, una fuerza casi sin implantación pero determinante en la relación de fuerzas internas en la provincia de Sevilla, votó en contra del informe de gestión.
Reclamó que la federación sea sea soberana, autónoma y 'vanguardia de la ética'.
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