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Crítica:COMER
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Marchando una de jamón

CASA PEPE, chacinas para degustar en Barcelona

José Carlos Capel

Desde el año 1947, fecha en que Josep Agustí, patriarca de la familia, abrió las puertas de la primitiva Casa Pepe, la historia de esta reputada charcutería barcelonesa se resume con imágenes de los mejores embutidos españoles. Aquella tienda de chacinas artesanas, que también ofrecía degustaciones, fue evolucionando hasta convertirse en un comercio atípico, tienda de delicadezas, bar y casa de comidas que no se ajusta a patrones convencionales. En sus dos singulares establecimientos, el originario de la calle de Balmes y éste más moderno de la plaza de la Bonanova, el cliente se encuentra con ambientes acogedores y sorprendentes.

A la entrada, vitrinas refrigeradas, mostradores de platos preparados y frontales repletos de embutidos. Al fondo, anaqueles atiborrados de botellas que rodean una sala repleta de mesitas sin manteles donde el flujo de clientes, que comienza a las nueve de la mañana y concluye a las diez de la noche, sigue una cadencia ininterrumpida. Los camareros recitan de viva voz una retahíla de propuestas. El cliente elige sin conocer los precios y el empleado calcula a ojo las proporciones: medias raciones, fuentes completas, platos enteros... todo depende.

CASA PEPE

Plaza de la Bonanova, 4. Teléfono: 934 18 00 87. Balmes, 377. Teléfono: 934 17 11 76. Barcelona. Cierra domingos noche y lunes. Horario entre semana, de 9.00 a 22.00. Sábados, de 9.00 a 15.00 y de 18.00 a 22.00. Precio: entre 21 y 27 euros. Fuente de jamón (100 gramos), 15. Alubias rojas con 'confit' de pato, 9. Tabla de quesos, 4,8 euros. Pan ... 6 Café ... 6 Bodega ... 8 Ambiente ... 7 Servicio ... 6,5 Aseos ... 5,5

Cantidades variables de recetas sencillas, catalanas, mediterráneas y españolas de toda la vida, que se colocan en la balanza antes de salir a la sala y se tarifan al peso según proceda. Poco después, casi a velocidad de vértigo, comienza el desfile esperado. Primero, una fuente de pan con tomate con paleta de jamón ibérico y unas suculentas anchoas del Cantábrico. Luego, una ensaladilla rusa corriente, judías verdes insípidas y unas habitas graciosas. A diario la casa prepara platos de cuchara. Tal vez escudella i carn d'olla, lentejas con rabo de toro, almejas con pochas, rape a la sal o cualquier otra cosa.

Entre las sugerencias habituales, unas albóndigas de ternera que están bien; una sepia en tinta que tiene un pase; rodaballo a la plancha, muy jugoso; esqueixada de bacalao, correcta; un bacalao con samfaina recomendable, y carne de ternera salteada con pimientos verdes, perjudicada por la excesiva entereza de los tacos. Y si apetece, hasta una rodaja de foie-gras con huevo frito. Todo sin alardes, pero con una calidad aceptable y en un ambiente divertido.

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Sobre la firma

José Carlos Capel
Economista. Crítico de EL PAÍS desde hace 34 años. Miembro de la Real Academia de Gastronomía y de varias cofradías gastronómicas españolas y europeas, incluida la de Gastrónomos Pobres. Fundador en 2003 del congreso de alta cocina Madrid Fusión. Tiene publicados 45 libros de literatura gastronómica. Cocina por afición, sobre todo los desayunos.

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