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Reportaje:

Reproductora de cristales

Una geóloga utiliza sus conocimientos científicos para crear 'esculturas' a partir de la cristalización

Se llama Isabel López Valero y, posiblemente, sea una de las pocas personas en el mundo que se dedique profesionalmente a la creación de formas artísticas mediante la cristalización. De su cabeza y su laboratorio salen las recetas para reproducir cristales similares a los que se forman de manera natural en nuestro cuerpo o en los parajes naturales.

El trabajo que esta geóloga emprende ahora no es casual. Viene acompañado de una rutina diaria, fruto de casi veinticinco años de investigación en proyectos financiados en su mayoría por el Ministerio de Investigación, universidades o el Consejo de Europa, además de diez años de docencia en la Universidad Complutense de Madrid.

Primero se dedicó a estudiar Ciencias Geológicas en el Colegio Universitario de Teruel y Madrid. Además de estudiar cuatro años en el Centre de Recherche sur les Mécanismes de la Croissance Cristalline de Marsella, un centro estatal de investigación del crecimiento de cristales del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS), donde reprodujo la formación de los cristales de fosfatos de calcio como constituyentes de los cálculos renales, huesos y dientes.

Después hizo el doctorado en Ciencias Geológicas sobre este tema e investigó en el Instituto de Ciencias de Materiales de Barcelona, del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). Más tarde montó su propia empresa, un laboratorio de biocerámicas, sustitutos óseos aplicados en cirugía ortopédica y traumatológica.

'Al cuerpo se le pueden implantar materiales como la silicona, aleaciones de titanio-aluminio-vanadio o polimetilmetacrilato, por ejemplo. Opté por trabajar con compuestos cristalinos equivalentes a los que genera el cuerpo, para no provocar situaciones de rechazo', explica.

Estos productos están en el mercado y, por ello, se decanta por mostrar a los ojos de todo el mundo la belleza que esconde la estructura milimétrica de los cristales. 'Reconozco que muchas noches me quedaba contemplando la morfología de los cristales a través del microscopio hasta que decidí emplear la cristalización para crear mis propias obras', refiriéndose a sus esculturas, no creadas por un procedimiento convencional. 'Cuando digo que las hago de cristales todo el mundo se imagina que trabajo a partir del fundido con la sierra de cristal, como los artistas del vidrio. Pero esto no tiene nada que ver con estos métodos a través de los que se crean los diseños en cristal de Venecia, roca o Murano'.

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Isabel ve crecer sus cristales haciendo valer las leyes de la cristalografía en su laboratorio-taller. En la terraza de su casa tiene instalados modestos cristalizadores, se vale de recipientes nada ostentosos. Lo importante no es el continente, sino el procedimiento, por el que crecen esas fascinantes 'semillas' de esculturas cristalinas. Formas en las que los átomos se ordenan espacialmente, formando estructuras tridimensionales, como en los minerales de preciosas tonalidades. La metamorfosis puede costar entre siete días y dos meses, dependiendo del color y tamaño de la obra, la más grande supera los cuatro kilos. 'Elaboro una especie de sopita en la que disuelvo sales, aditivos modificadores de la morfología y colorantes que dejo enfriar controladamente', dice la científica artista. 'Lo más difícil es controlar el tiempo. El despertador me puede sonar a cualquier hora para sembrar los cristales', añade.

Además de evocar la estructura atómica de los cristales, Isabel reproduce formas de la naturaleza mineral como geodas. Con nostalgia rememora a sus desaparecidos maestros, el eminente cristalógrafo José Luis Amorós, y el profesor Roland Boistelle, conocido mundialmente por su trabajo en el campo de la cristalización en soluciones, quienes conocían la camuflada afición de la discípula, que se lanza a comercializar sus diseños. 'Algunas tienen el nombre de fuegos artificiales porque representan el estallido de los castillos de pólvora. Hay pirotécnicos que han mostrado su interés por estas formas. Me gustaría proyectar creaciones conjuntamente con otros artistas', sentencia una científica que, a partir de la técnica, ha tomado ya la forma de diseñadora cristalina. Una muestra de su obra se expone, hasta finales de mes, en una joyería de la calle la Paz de Valencia y en la página www.cristalomania.com.

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