Una buena racha saca a Morientes del pozo

En septiembre de 2001, Fernando Morientes era objeto de preocupación en el Madrid. 'No sabemos lo que le pasa', comentaban algunos compañeros. Le veían entrenarse y el delantero, que había sufrido una larga pubalgia en la temporada pasada, parecía lento, física y mentalmente a un siglo de sus mejores días. 'No es el Moro del año de la octava ', observaban en el vestuario. Las señales que emitía alertaban al club cuando el técnico, Vicente del Bosque, le puso como titular ante el Villarreal el 27 de octubre. Era la décima jornada de la Liga y sólo había entrado en el once inicial en dos ocasiones. No sumaba ningún gol y parecía deprimido. El Madrid también: ocupaba el puesto 15º de la clasificación.

Morientes jugó en Vila-real y no volvió a perder el puesto. Desde entonces ha sido titular en los 12 encuentros siguientes de la Liga, en los que ha metido nueve goles -hoy se podrá estrenar en la Copa-. Con él, el Madrid ha cerrado su crisis y es el líder indiscutible del campeonato. 'Ahora estoy bien físicamente; y cuando comenzó la temporada, también', dice el futbolista, que no cree que durante los nueve primeros partidos de la Liga, cuando era suplente, su estado físico haya sido la causa de su suplencia. 'Lo que sí creo es que mi forma de jugar ha cambiado', agrega; 'porque con Figo y Zidane los balones te llegan arriba con más claridad mientras que antes tenía que bajar a buscarlos'.

Su primer tanto, contra el Barcelona, en un rechace de Bonano que cabeceó a la red, le dio la confianza que necesitaba para salir del pozo. Tres goles de cabeza, cuatro con la pierna izquierda y uno con la derecha, hablan de la integridad de un nueve cuya racha coincide con la remontada en la tabla. Del Bosque le destaca: 'Es delantero centro es uno de los ejes de cualquier equipo; y si rinde bien, como ahora Morientes, desde luego es fundamental. Es especialmente necesario para el juego aéreo, en el ataque y sobre todo en la defensa, en las jugadas a balón parado'.

En el Madrid, que cuenta con lanzadores como Figo, Zidane o Roberto Carlos, la presencia de un receptor es crucial. 'Si tienes al mejor centrador del mundo', decía ayer Solari; 'necesita un nueve'. McManaman, con criterio inglés, lo corrobora: 'Al Madrid se le nota mejor desde que juega Morientes. Cualquier equipo necesita un tipo alto, delante, que baje los centros. Es obvio'.