El PP y CiU acusan a Clos de provocar la marcha del Espanyol de Montjuïc
La decisión tomada la semana pasada por el Espanyol de abandonar el estadio Olímpico de Montjuïc y construir su propio estadio en Cornellà ha provocado una dura reacción por parte de algunas fuerzas políticas. Ayer, Alberto Fernández Díaz, presidente del Partido Popular de Cataluña, acusó directamente a Joan Clos, alcalde de Barcelona, de 'despreciar' al Espanyol y considerar a un club centenario simplemente un 'negocio para la ciudad'.
Fernández Díaz calificó de lógica la decisión del club blanquiazul de abandonar Barcelona, argumentando que 'el Ayuntamiento de su ciudad siempre ha vivido de espaldas a la realidad de los españolistas'. Sin embargo, el presidente del PP catalán señaló en COPE Barcelona que, como aficionado al fútbol, felicitaba al Espanyol porque dispondrá de un verdadero campo de fútbol, sin una pista de atletismo que lo circunde.
Anteriormente, Joan Puigdollers, presidente del grupo municipal de CiU, había afirmado: 'Joan Clos pasará a la historia como el alcalde que ha expulsado a un club centenario de la ciudad'. Clos no pareció preocupado por el hecho de que el estadio de Montjuïc se vaya vaciando -los Dragons jugarán en el Miniestadi-. 'Podemos dar muchos usos a esta instalación para rentabilizarla, además de los deportivos', indicó.
Daniel Sánchez Llibre, presidente del Espanyol, aportó ayer nuevas precisiones sobre las relaciones entre el club y el Ayuntamiento de Barcelona. 'Nos sentimos maltratados', señaló. 'Muchos clubes pagan una cantidad simbólica por utilizar instalaciones municipales [el Espanyol se acerca a los 100 millones de pesetas anuales]. Pero lo peor es que el club no puede sacar provecho de la instalación. Ni siquiera podemos explotar los bares'.
