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Reportaje:MUJERES

La Administración se feminiza

Soledad Alcaide

Por primera vez en España, una mujer tiene la posibilidad de convertirse en magistrada del Tribunal Supremo. Esta semana se decidirá quién ocupa las cuatro plazas vacantes, y cuatro mujeres están entre los 12 candidatos que han propuesto para ocuparlas. Pero que ninguna haya accedido hasta ahora a este tribunal contrasta con el gran número de mujeres que intervienen en el ámbito judicial. Un 53,1% de los jueces, fiscales, procuradores y secretarios judiciales son mujeres, según señala el informe Las mujeres en cifras, elaborado por el Ministerio de Asuntos Sociales. Un gran paso que se ha dado en los últimos cinco años: si en 1995 había 6.498 mujeres, en 2000 ya eran 8.786.

'De los datos del estudio se demuestra que prácticamente todos los escalones de la carrera judicial son femeninos, y sin embargo no tienen representación en el Tribunal Supremo. Es una asignatura pendiente', señala Pilar Dávila, directora del Instituto de la Mujer.

Un 53,1% de los jueces, fiscales, procuradores y secretarios judiciales son mujeres. Esta semana se puede dar el caso de que, por primera vez, el Supremo cuente con una magistrada
Sólo el 32,03% de las mujeres cuenta con un trabajo fuera del hogar, aunque su salario suele ser un 25% inferior al del hombre por trabajos de igual responsabilidad

Lo que fundamentalmente demuestra Mujeres en cifras es que donde se accede al puesto laboral por oposición, éste suele obtenerlo una mujer -las fiscales han pasado a ser un 46,2% en 2000, frente al 41,3% de cinco años antes, y las jueces son ya un 36,3%, frente al 31% de 1995-. 'Para acceder a estos puestos las pruebas son objetivas: por el talento y la capacidad, no por el género', indica Dávila.

El porcentaje de mujeres ha aumentado también en el ámbito político. En 2000 había 99 diputadas, frente a las 77 de 1996, mientras que de las 38 senadoras de hace cinco años se ha pasado a 63. 'El aumento de senadoras y diputadas se ha dado en todos los partidos', explica la directora del Instituto de la Mujer.

Aunque el mayor porcentaje de representantes de un mismo grupo parlamentario se lo adjudica el PSOE -con un 36,8% de sus escaños-, es el Partido Popular el que, a marchas forzadas, ha dado el mayor salto cuantitativo en estos últimos años: ha pasado del 14,1% de hace cinco años al 25,1% de 2000.

Este crecimiento también ha tenido respuesta en los Parlamentos autonómicos, donde el 30,2% son mujeres. La Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha son las dos autonomías que superan la media, al elevar la participación de las políticas a un 40,4%.

'Eso demuestra que vamos por el buen camino', comenta Dávila, que no olvida mencionar que tanto el Parlamento como el Senado están presididos por mujeres. En resumidas cuentas: 'España ocupa en la Unión Europea el octavo lugar, y eso no cabe duda que es un gran avance, sobre todo respecto a otros países que tienen una mayor tradición democrática', explica Dávila.

Respecto a altos cargos de la Administración General del Estado, si en 1996 había 35 mujeres, cuatro años después la cifra era de 54, sin contar con que se ha triplicado su presencia en las subsecretarías.

Menos trabajo en casa

Quizá el cambio más acusado se ha producido en el ámbito laboral. Si bien la mujer sólo ha logrado liberarse de 36 minutos diarios de tareas de hogar, su incorporación al mundo del trabajo es de un escaso 32,03%. Y con un dato negativo añadido: su salario suele ser un 25% más bajo que el de su compañero.

Dávila argumenta que esa situación se suele dar 'en empleos sin cualificación, que objetivamente tienen más valor, pero que al ser actividades tradicionalmente asociadas a las mujeres, se pagan peor'. Sería el caso, por ejemplo, de empleadas de una fábrica donde por su trabajo, más minucioso, se traduce en menor salario que el de los hombres encargados de transportar los artículos que ellas fabrican. Además, las diferencias salariales se notan más en los pluses y complementos, emolumentos más asociados a trabajos que tradicionalmente ocupan los hombres.

Si ellas se han liberado de 36 minutos de trabajos domésticos éstos no los han compensado los hombres, ya que, según el estudio, en cuatro años sólo ha aumentado en siete minutos diarios el tiempo que los hombres dedican a las tareas del hogar, y casi siempre a cocinar, aunque no todos los días.

Otro dato digno de mención es que aumenta el número de empresarias con trabajadores a su cargo, con el consiguiente añadido de que 'crean empleo y riqueza', en palabras de la directora del Instituto de la Mujer. En 1996 eran mujeres un 17,9% de los empresarios, frente al 20,8% de 2000.

En el apartado de formación, las mujeres siguen manteniendo la línea de hace años. Son el grupo más numeroso entre los estudiantes y obtienen las mejores calificaciones. Aunque sí sorprende que entre 1996 y 1999 'se han acrecentado las diferencias en cuanto a resultado', dice Dávila. 'Ya no sólo es que tengan mejores expedientes, sino que cada vez los tienen mejores y son muchas más las que los tienen'.

La violencia contra las mujeres en su hogar también se refleja en el informe. Y aunque de él se desprende una situación crítica -se ha pasado de 49 muertes en 1998 a 66, dos años después-, Dávila revela que las cifras posteriores a este informe son más alentadoras. 'Aunque todavía no se han cerrado los datos, hasta noviembre de 2001 el indicador era de 38. En este tiempo es imposible que llegue a superar la cifra del año anterior'.

Esta disminución de muertes Dávila la achaca a la presión social. 'La implicación de la sociedad, de las instituciones y de los medios de comunicación ha hecho que los agresores se den cuenta de que su conducta no está ya bien vista'. Pero estas cifras no dejan de ser preocupantes y son las únicas que deberían llegar al cero.

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Sobre la firma

Soledad Alcaide
Defensora del Lector. Antes fue jefa de sección de Reportajes y Madrid (2021-2022), de Redes Sociales y Newsletters (2018-2021) y subdirectora de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS (2014-2018). Es licenciada en Derecho por la UAM y tiene un máster de Periodismo UAM-EL PAÍS y otro de Transformación Digital de ISDI Digital Talent. 

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