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Crítica:CRÍTICA | TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Ocurrencias

Aquí hay un texto disparatado, y disparado, y algunas ideas felices, de esas que se agradecen cuando surgen pero que no siempre dan para hora y cuarto de espectáculo. Hay también mucha ingenuidad en sus propósitos de denuncia, que afectan a un montón de cosas, quizás a demasiadas, pero con mayor fortuna cuando el texto se enreda sin problemas en el non sense, más que en el absurdo o en el surrealismo. Y hay también contradicciones básicas, como los ataques -repetidos- a la televisión, cuando este espectáculo, que a veces finge ser un musical, sería un magnífico programa televisivo de tener algo más controlada su duración y la eficacia pausada de sus bromas. No hay nada en él que no pueda tragarse un espacio como Crónicas marcianas, por más que una finalidad de esa clase no figure en la intención de sus autores.

Mala leche

De Rafael Ponce, por Esteve y Ponce. Intérpretes, Gerardo Esteve, Malena Gutiérrez, Rafael Ponce. Dramaturgia, Rafael Ponce, Margarita Sánchez. Iluminación, Ximo Diaz. Vestuario y escenografía, Esteve y Ponce. Coreografía, Eduardo Ruiz. Dirección, Rafael Ponce. Teatre Talía. Valencia.

Gerardo Esteve es un cómico en vías de resultar espléndido, que precisamente daría mucho juego en televisión, porque su territorio es el gesto corto y una palabrería que desafía al desconcierto, un actor como de dibujos animados que es capaz de decir las mayores atrocidades acompañadas del más risueño de los gestos. Es muy curioso, porque rara vez varía el gesto de entusiasmo con el que arropa lo que dice, cuando lo que dice o bien retuerce la lógica común de las frases hilvanadas o bien juega a carecer de cualquier atribución de sentido. Es como un José Luis Gómez, pero en cómico un tanto loco. Rafael Ponce obedece a otros registros, más próximos al protocolo de lo acostumbrado, aunque es eficaz en lo que tiene que hacer, y Malena Gutiérrez despierta solidaridades como actriz que es la mujer del trío. Un montaje que interesa en sus mejores momentos, aburre en otros, tocado por la tibia brillantez de lo infrecuente.

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