La entrada de dirigentes de la patronal en Bancaixa despierta recelos empresariales
Los hombres fuertes de Cierval, la Cámara y la Bolsa ingresan en el núcleo de la caja
La entrada del presidente de la patronal autonómica Cierval, Rafael Ferrando; del consejero delegado de la Bolsa de Valencia, Manuel Escámez; y el refuerzo del presidente de la Cámara, Arturo Virosque, en el núcleo de la dirección de Bancaixa ha despertado recelos empresariales -especialmente en el sector de la construcción- ante el temor de que puedan acceder a información sensible de sus competidores. Aunque todos ellos cumplen con el régimen de incompatibilidades, la tutela ante hipotéticos conflictos de intereses queda en manos del presidente de la caja, Julio de Miguel, y la comisión de control, que preside Rafael Aznar, vicepresidente del Puerto de Valencia.
La entrada de los elefantes blancos de las organizaciones empresariales en el máximo órgano de dirección de Bancaixa se produce con fuerza. Arturo Virosque, que era vocal del consejo de administración, es nombrado vicepresidente tercero. Manuel Escámez, entra como vicesecretario. Rafael Ferrando es elegido vocal, aunque como uno de los cuatro de la comisión ejecutiva del consejo de administración de Bancaixa. El vicepresidente del Puerto de Valencia, Rafael Aznar, lo hace directamente como presidente de la comisión de control.
Para ocupar estos puestos, los dirigentes empresariales han tenido que cumplir con el régimen de incompatibilidades previsto y abandonar, en algún caso, consejos de administración de empresas en los que tenían participaciones significativas. Una medida prevista en la legislación y en los estatutos de Bancaixa que no ha evitado los recelos entre algunos empresarios que compiten en los mismos sectores económicos que los elegidos para gobernar Bancaixa y que operan con la citada caja de ahorros.
Fuentes de la entidad reconocieron que Edifesa, la empresa de Rafael Ferrando, ha mantenido una importante cartera de créditos con Bancaixa.
Por su parte Manuel Escámez, un hombre procedente del Santander Central Hispano y ahora hombre fuerte de la Bolsa de Valencia, deberá consultar previamente sobre aquellas iniciativas relacionadas con productos financieros en los que pudiesen concurrir tanto la sociedad de valores como la caja de ahorros para compatibilizar los intereses.
El presidente de Bancaixa, Julio de Miguel, descartó el pasado jueves la existencia de motivos para recelar de una posible politización de la entidad y fue tajante al señalar. 'Se elija a quien se elija, aquí hay una sintonía perfecta entre los directores generales y el equipo de ejecutivos con la presidencia y los órganos de gobierno, y cuando presentemos públicamente las cuentas de la entidad de 2002, que es lo que certifica a una entidad financiera, se verá que la caja funciona muchísimo mejor de lo que aparentemente ocurre'.
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