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EE UU presiona para que Europa abandone el sistema Galileo

Una consultora avala la viabilidad del proyecto

La Administración norteamericana no cesa en su empeño por convencer a los gobiernos europeos para que renuncien al lanzamiento del sistema europeo de navegación por satélite Galileo. Ahora Washington pone en entredicho su viabilidad económica, el argumento utilizado por Alemania, Holanda, Austria, Suecia, Dinamarca y Reino Unido para oponerse al sistema. El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, afirmó ante el Parlamento Europeo que la presión de Washington 'está siendo muy fuerte'. Bruselas espera un impulso definitivo a Galileo en marzo.

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Estados Unidos no está dispuesto a perder el monopolio del GPS en el espacio. Por un lado están las justificaciones militares del Pentágono hacia el lanzamiento de Galileo: 'El sistema complicará significativamente nuestra capacidad para asegurar la eficacia de los servicios militares clave del GPS en tiempos de crisis o de conflicto en el marco de la OTAN'. Por otro están las económicas. Éste es quizás el aspecto más sensible en la mayoría de los gobiernos europeos. De hecho, el ataque por destruir Galileo se centra ahora en minar el estudio de viabilidad elaborado por la consultora PriceWaterhouseCoopers, que asegura que el coste total del proyecto (3.250 millones de euros) se verá compensado con unos ingresos superiores a los 17.900 millones de euros.

Las capitales han pedido hasta marzo para estudiar los detalles de este estudio de viabilidad. Pero a Washington le han bastado apenas tres semanas para sacar sus propias conclusiones del informe de PriceWaterhouseCoopers y enviar el pasado 21 de diciembre una carta a los Quince para decirles que el estudio 'es débil, contiene errores fundamentales, juicios contradictorios, derivaciones imprecisas y conclusiones confusas'. Es más, los expertos norteamericanos aseguran que dicho informe 'puede ser contemplado como el espejo del propio proyecto Galileo' y que les 'viene a la memoria la debacle de los sistemas Iridium y Globalstar'.

Ante estos ataques, la Comisión Europea se limita a decir que 'cualquiera puede construir su propio razonamiento para destruir un análisis hecho por otros'.

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