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Reportaje:

Identidad agraria

La revista 'Ruràlia' da a las comarcas de interior un espacio de información para su desarrollo y de intercambio de ideas

Uno de los principales problemas del mundo rural es la falta de información que padecen sus habitantes, su progresivo aislamiento del resto de pequeños núcleos urbanos circundantes y la creciente falta de identidad derivada de relaciones con las grandes urbes costeras. Para poner freno a esta situación e invertir estas tendencias se creó hace cuatro años la revista Ruràlia, fruto del trabajo del Colectivo Mas de Noguera. Esta cooperativa de desarrollo rural se dirigió a mediados de la década pasada a la Unión Europea y solicitó a Bruselas la puesta en marcha de un programa para potenciar uno de los vértices claves en el cambio de tendencia de la situación del campo: la falta de información.

De esta iniciativa surgió el Centre Rural d'Informació Europea en la Comunitat Valenciana, uno de los 120 centros similares que existe en toda la Unión, que cuenta con el apoyo de la Consejería de Agricultura y que, además de servir de cordón umbilical entre la UE y el entorno rural valenciano, saca adelante cada tres meses la revista. La publicación -accesible en la dirección www.criecv.org- cuenta con una sección fija central dedicada a una de las comarcas que forman parte de las iniciativas de desarrollo europeas Leader y Proder, entre las que se encuentran Els Ports-Maestrat, Alto Palancia y Alto Mijares, los Serranos-Rincón de Ademuz, Requena-Utiel y el Valle de Ayora, el Mazizo de Caroche y la Montaña de Alicante, además del Baix Maestrat, la Hoya de Buñol, la Vall d'Albaida y el Alto Vinalopó. Además, repasa las actividades europeas relacionadas con el mundo rural, por si alguna de las entidades que participa en los programas europeos estuviera interesada en las ofertas de proyectos transnacionales y aborda cuestiones de interés común a las comarcas -patrimonio, cooperativismo, la falta de agua- o incluso experiencias en otras regiones europeas que pudieran ser exportables a la Comunidad. La revista cierra sus ejemplares con un espacio dedicado a la cultura rural, porque, 'al fin y al cabo, busca el bienestar de la gente', como apunta el coordinador de Ruràlia, Marcelino Herrero.

La publicación es un primer paso en el camino de crear vínculos entre las distintas comarcas rurales, dar a conocer las necesidades y posibilidades del medio rural a la sociedad en su conjunto, mostrar los cambios que se producen con la aplicación de los programas Leader y Proder, crear un punto de encuentro, de identidad y de debate en torno a lo relacionado con lo rural.

Herrero reconoce que existen numerosos problemas que las zonas rurales deberán de afrontar antes de conseguir la consecución de estos obhjetivos. Entre los más importantes se encuentra la falta de infraestructuras. Un ejemplo de ello es la mala calidad de la red telefónica que imposibilita conexiones a Internet en condiciones, mientras la banda ancha se impone en los núcleos urbanos.

Pese a ello, su coordinador destaca el balance positivo de los más de tres años de vida de la publicación, que cuenta con una tirada de 5.000 ejemplares. Herrero subraya la importancia de que diez zonas agrarias valencianas hayan puesto en marcha un proyecto conjunto de intercambio de información que ha permitido 'tratar los problemas y los valores del mundo rural en general' y el éxito del resultado: 'Queríamos demostrar que desde el mundo rural se podían hacer revistas de calidad'.

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