Fernando, un centrocampista goleador
Llegó a Valladolid cedido por el Real Madrid en septiembre de 2000 cuando la temporada casi comenzaba y sólo las lesiones de los demás le situaron en el once inicial de Pancho Ferraro. Se destapó tirando penaltis con una frialdad sorprendente. Pero no encontraba continuidad y en verano regresó a Madrid con el futuro por decidir. Le tocó esperar y al final regresó a Valladolid para encontrar minutos y protagonismo. El habitual camino de la cesión entre el Real Madrid y el Valladolid se había reactivado con Tote, y Fernando aprovechó la senda.
Con Pepe Moré en el banquillo ha jugado de casi todo. De medio centro, su sitio natural, de interior derecha, por la izquierda o de segundo delantero, como ayer. En esa posición ha alcanzado sus mejores prestaciones y se ha convertido en el máximo goleador del Valladolid con ocho tantos. Su éxito, de largo recorrido, está ligado a la virtud de los hombres tranquilos, a no hacer ruido, a no protestar con las suplencias, que han sido muchas. Eso le ha costado críticas sobre todo cuando ha jugado como medio centro, porque su aparente falta de agresividad no consigue dinamizar a sus compañeros. Pero Fernando ha seguido a lo suyo y hoy es el termómetro del Valladolid: si él está bien su equipo va mejor y marca goles con una facilidad extraña hasta para él mismo. 'No soy un goleador pero hago todo lo que sea por el equipo y si marco goles, pues mejor'.
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