Cyrus Vance, secretario de Estado con Jimmy Carter
Cyrus Vance, secretario de Estado con el presidente Jimmy Carter entre 1977 y 1980, falleció el sábado en un hospital de Nueva York a consecuencia de una neumonía. Tenía 84 años y padecía de Alzheimer.
De patricia ascendencia y formación, abogado por Yale, Vance era un hombre de principios que los llevó hasta el final: dimitió como secretario de Estado en desacuerdo con la decisión de Carter de rescatar en una operación de comando a los 52 norteamericanos mantenidos como rehenes por el régimen iraní.
Para encontrar un precedente hay que remontarse a 1915, cuando William Jennings Bryan, un pacifista, se distanció del presidente Woodrow Wilson por considerar que su política llevaba a la intervención en la Gran Guerra. Vance entró 'con profundo pesar' en el que Dean Acheson, otro histórico de la diplomacia, había denominado 'el club más exclusivo de Estados Unidos'.
A juicio de Vance, la delicada operación de rescate constituía un grave riesgo que no podía sino menoscabar los esfuerzos negociadores. La misión acabó en desastre, con ocho soldados muertos y cuatro helicópteros y un avión perdidos en plena tormenta de arena. Los rehenes sólo fueron liberados el día de la jura como presidente de Ronald Reagan, tras 444 días de cautiverio.
Vance se hizo cargo de la diplomacia norteamericana tras 20 años de servicio público, que empezaron al responder positivamente en 1957 a una llamada de Lyndon Jonson, líder del Senado, después de que la URSS pusiera en órbita el Sputnik. Vance contribuyó a fundar la NASA en 1958. Su distinguida carrera, talante negociador y discreta personalidad, en llamativo contraste con la abrasividad de su predecesor, Henry Kissinger, le llevaron a la cumbre política en 1977. Negoció reducciones de armas estratégicas, aproximaciones a China, la retrocesión del Canal de Panamá y la paz entre Egipto e Israel, firmada en Camp David en 1979. Fue el momento dulce de su carrera en un año fatídico para Estados Unidos: caída del sah en Irán, triunfo sandinista en Nicaragua, instalación de una brigada soviética en Cuba e invasión de Afganistán por el Ejército Rojo.
Zbigniew Brzenzinski, consejero de seguridad nacional de Carter, partidario de la línea dura, ganó progresivamente la voluntad del presidente, como puso de manifiesto la operación de rescate de Irán, y Vance optó por la retirada. Años después, Javier Pérez de Cuéllar, secretario general de Naciones Unidas, le llamó para que utilizara sus recursos diplomáticos en la incipiente crisis yugoslava. Logró un alto el fuego en Croacia, pero fracasó en Bosnia-Herzegovina, donde su instinto negociador fue criticado y calificado de apaciguamiento del agresor serbio. Medió también en la crisis entre Armenia y Azerbaiyán en Nagorno-Karabaj.-
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