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Reportaje:

El suma y sigue de Zara

El beneficio de Inditex aumentó más del 30% en su 'annus admirabilis'

El 2001 ha sido el año de Inditex. El grupo matriz de Zara no sólo ha protagonizado la más fulgurante salida a Bolsa que se recuerda en el mercado, sino que se ha mantenido en la carrera, con unas acciones que se han revalorizado alrededor de un 50%.

El año pasado también ha sido el año en que el grupo presidido por Amancio Ortega ha salido de la discreción de producir y ganar mucho y se ha situado al alcance de la exposición pública. Un ejemplo es que el propio Ortega ha aparecido en la revista Forbes colocado en el puesto número 1 de España y 43 del mundo en el ranking de fortunas personales. Inditex cerrará el 2001 -annus admirabilis- con unos beneficios superiores al 30%.

El grupo textil gallego obtuvo en los tres primeros trimestres de 2001, según resultados consolidados a 31 de octubre, un beneficio neto de 208,8 millones de euros (34.741 millones de pesetas), un 31% más que en igual periodo del ejercicio anterior, y desde la fecha de cierre 'no existe ningún hecho que pueda ser interpretado como un cambio de tendencia, y el crecimiento de las ventas se mantiene en línea con las cifras de los nueve primeros meses del ejercicio', según informa en la página web de Inditex José María Álvarez, responsable del departamento de relación con inversores.

El resto de los números del grupo que preside Amancio Ortega reflejan todavía mayores aumentos. El resultado de operaciones ha ascendido a 308,5 millones de euros (51.330 millones de pesetas), un 35% superior al año 2000, y el cash flow de explotación, a 444,4 millones de euros (73.942 millones de pesetas), un 34% más que en el mismo periodo del ejercicio anterior. Tan sólo el volumen de negocio de los nueve primeros meses (2.191,7 millones de euros, unos 364.668 millones de pesetas) ha experimentado un crecimiento inferior a los demás resultados, un 24%.

Inditex había previsto para el conjunto del año una inversión de casi 75.000 millones de pesetas, con una perspectiva de apertura de 210-215 nuevas tiendas, de ellas, 135 fuera de España. Hasta noviembre se habían ejecutado ya inversiones por valor de unos 51.500 millones, y se abrieron 126 establecimientos, la mitad de ellos de agosto a octubre. De las seis cadenas de Inditex (Zara, Pull&Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius y Oysho), el mayor despliegue realizado fuera de España ha sido en tiendas Zara, mientras en nuestro país han potenciado Bershka y Oysho, la nueva cadena especializada en lencería, lanzada el pasado mes de septiembre, que finalizó el año con 34 establecimientos en varios países de Europa.

El grupo textil cierra el ejercicio con 1.295 tiendas en todo el mundo. En 2001 se ha abierto camino en mercados tan dispares como Islandia o la República Checa, aunque tendrá que esperar a la primavera de 2002 para hacerlo en Italia, su asignatura siempre pendiente, debido a lo que en la sede de Inditex denominan oficialmente 'peculiaridades de aquel mercado' y que en la práctica oficiosa resulta ser una alianza no declarada de empresas e instituciones para cerrar las puertas a la competencia foránea.

Una vía de agua taponada

Inditex se enfrentó en 2001 a taponar la vía de agua de su credibilidad en aspectos como el de sus condiciones laborales, minada por iniciativas tan sencillas como las de una ONG, Setem, que anunció la inversión de unas 400.000 pesetas en acciones de la compañía textil para tener acceso a información sobre sus métodos de producción. El pasado 25 de agosto, días después de que la ONG hiciese pública la medida, Amancio Ortega solicitó por escrito al secretario general de la ONU, Kofi Annan, su adhesión a The Global Compact, una iniciativa de ética empresarial propuesta en 1999 por Annan en Davos, a la que se han sumado desde entonces unas 300 empresas, instituciones y entidades de todo el mundo. Inditex fue el primer grupo español en hacer pública su solicitud. El Pacto Global consta de nueve principios, desde el respeto a la libertad de asociación de los trabajadores y la abolición del trabajo infantil o de cualquier trabajo forzoso, a la adopción de un enfoque preventivo en temas medioambientales. 'No puedo adelantar siquiera si nos supondrá inversiones de cierta consideración o no, pero cumpliremos con las recomendaciones del Pacto Global', aseguraba José María Castellanos, vicepresidente y consejero delegado de Inditex, el pasado 31 de octubre ante un público de 200 empresarios que asistían a la presentación de Pacto Global en la sede de Inditex en Arteixo (A Coruña).

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