La hora de Leko

Falta el brillo de las grandes estrellas, pero es uno de los torneos más duros del año. Catorce jugadores de primera fila se enfrentan desde hoy en Wijk aan Zee (Holanda) sin un favorito claro. Uno de ellos, el húngaro Peter Leko, cuyo talento es tan grande como su miedo a perder, está obligado a mostrar lo mejor de sí mismo tras un periodo de crisis.

"Todos los miembros del equipo [familia, representante, entrenadores y patrocinador] hemos presionado a Peter para que sea consciente de lo que se juega en Wijk aan Zee. Su cotización ha bajado, tanto por los malos resultados como por su escaso índice de combatividad. Es hora de cambiar de actitud", explica el hispano-cubano Amador Rodríguez, uno de los entrenadores del húngaro.

A los 22 años, y en el 10º puesto de la lsita mundial tras haber ocupado el 3º, Leko afronta un momento crítico. Fue, a los 14, el gran maestro más joven de la historia, y después se hizo un hueco entre las grandes estrellas. De hecho, era uno de los más firmes candidatos para suceder a Gari Kaspárov, quien ha causado baja a última hora en Wijk aan Zee por enfermedad. Era, pero ha dejado de serlo: los tempranos cambios en su vida -matrimonio, responsabilidad familiar, etcétera- han coincidido con un bajón en su juego y, sobre todo, con un abuso de los empates sin lucha.

"Van a ir a por él, y tendrá que reaccionar. Hoy, en el deporte profesional, los buenos fracasan si no logran medallas. Peter debe ser uno de los tres primeros en este torneo y ganar al menos cuatro partidas. Si lo consigue, volverá a estar en el buen camino y subirá su cotización", explica Rodríguez.

El objetivo no es nada fácil. A la presencia del británico Michael Adams (4º del mundo) y el ruso Alexánder Morosiévich (5º), se une la de siete jugadores clasificados entre el 10º y el 20º del escalafón: los rusos Yevgueni Baréiev, Alexánder Jálifman y Alexéi Dréiev; el israelí Borís Gélfand; el holandés Loek Van Wely, el francés Joel Lautier y el uzbeko Rustam Kasimdzánov. Y los otros cuatro también son muy duros: el ruso Alexánder Grischuk, el belga Mijaíl Gurévich y los holandeses Jeroen Piket y Jan Timman.

Es la mejor nómina que los organizadores podían conseguir tras el cúmulo de mala suerte. El ruso Vladímir Krámnik, campeón del mundo oficioso, no ha podido jugar porque su duelo contra el programa Fritz en Bahrein se programó para principios de febrero, aunque ahora haya sido aplazado a octubre. El indio Viswanathan Anand y el español Alexéi Shírov rechazaron la invitación porque no querían recargar su calendario entre el Mundial y el torneo de Linares.

Los ucranios Vasili Ivanchuk y Ruslan Ponomáriov no están porque la Federación Internacional (FIDE) ha hecho coincidir su final del Campeonato del Mundo (desde el próximo miércoles en Moscú) con Wijk aan Zee. Lo que queda es una colección de tipos duros y tres jóvenes de gran brillo potencial: Grischuk, Kasimdzánov y, sobre todo, Leko. En la ceremonia de inauguración, hubo una noticia excelente: los patrocinadores garantizan la continuidad del torneo, al menos por tres años.

Primera ronda (hoy): Gurévich - Morosiévich; Leko - Van Wely; Timman - Piket; Baréiev - Adams;

Grischuk - Kasimdzánov; Gélfand - Lautier; Dréiev - Jalifman.