Mariscal expone dibujos y esculturas y espera respuesta sobre su proyecto para la plaza de Cerdà
El artista afirma que ignora si el Ayuntamiento de Barcelona ha rechazado su idea
Mariscal no olvida la dimensión más personal de su trabajo a la que quiere abocarse en el futuro: la creación artística. La galería Trama de Barcelona presenta hasta el 5 de febrero su más reciente creación: esculturas de formas simples y resolutivas y dibujos a color. Mientras, espera que su proyecto de intervención en la plaza de Cerdà de Barcelona tenga respuesta del Ayuntamiento de Barcelona. 'Si realmente ha sido rechazado yo no sé nada. Hace poco se lo enseñé a Acebillo y le gustó mucho. No me han dicho que no, pero no se han puesto al teléfono', dice.
Javier Mariscal sigue proyectando esa imagen de recién llegado cuyo aparente despiste esconde toda la inteligencia del mundo. Entre el tiempo que dedica a los múltiples proyectos de diseño, arquitectónicos y de imagen con los que trabaja internacionalmente, sigue encontrando un hueco para realizar cuadros y esculturas, labor a la que en el futuro desea dedicar más tiempo. 'A la gente que trabaja en mi estudio ya les he dicho que les quedan tres años de mí. De hecho, ya hay muchos proyectos que funcionan sin que yo intervenga', dice.
Este Mariscal más íntimo es el que se expresa en su última exposición. Esculturas de hierro que evocan pájaros esquemáticos de gran sencillez de formas. 'Esto es como doblar el hierro casi con un mechero. Cualquiera lo podría hacer', afirma con la orgullosa humildad de quien sabe que, aunque su trabajo parezca un juego de niños, luego nadie puede imitarle. Junto a estas piezas dibujadas en el aire, Mariscal presenta sus 'dibujos coloreados' en los aparecen, junto a referencias a la emigración, sus recurrentes pinos. 'Una de las cosas que siempre me han fascinado de Cataluña son sus pinos. Pienso que deberían sustituir como emblema a las cuatro barras', bromea.
Este respiro personal que para él representa el arte no detiene, sin embargo, los múltiples proyectos en los que está trabajando, muchos de ellos situados en la franja sur de Barcelona. Uno de ellos, el de la plaza de Cerdà, está sometido a una ralentizada resolución. 'Yo entiendo que si no les gusta digan que no. Puede ser que sea un problema de dinero, pero es un lugar que requiere una intervención simbólica y la magnitud del espacio, lógicamente, necesita una gran inversión. El asfalto que han empleado en la zona también vale mucho dinero', dice. Un primer proyecto de Mariscal en ese mismo espacio ya fue rechazado por el Ayuntamiento de Barcelona. La actual propuesta consiste en una gran marquesina que partiendo del centro de la plaza se desplazaría por encima de peatones y vehículos. 'Se trata de una gran nube pino, con vegetación real que simbolizaría el encuentro de lo natural y lo artificial', explica.
Otro de los proyectos en los que trabaja Mariscal también arranca de la plaza de Cerdà y comprende el tramo de la Gran Via que cruza L'Hospitalet de Llobregat. 'Se trata de buscar una personalidad para una zona en expansión que necesita una identidad. De hecho, la gente ni siquiera sabe que ese territorio es L'Hospitalet, todo lo que va más allá de la plaza de Cerdà es para muchos la autovía de Castelldefels'. Este proyecto realizado para el Ayuntamiento de L'Hospitalet intentaría identificar el territorio marcando una diferencia de espacio entre esta localidad y Barcelona.
En el Baix Llobregat, Mariscal prepara un proyecto de escultura urbana para la población de Gavà, que tendría un gran carácter simbólico. 'Se realizaría en una rotonda del casco urbano de 40 metros en la que unas lanzas atravesarían a unos peces. Una de estas lanzas marcará el nivel a que se encontraba el agua hace miles de años y otra el nivel al que estará en el año 2020. Utilizaremos vidrio reciclado para hablar de una población que tiene uno de los vertederos más grandes de Cataluña'.
Otro de los proyectos en los que trabaja es el del restaurante Calle 54 Club, situado en el paseo de La Habana de Madrid. Este nuevo local también dispondrá de una sala de cine para 60 personas y un club de jazz para actuaciones en directo. En Bilbao, frente al Guggenheim, ha diseñado hasta el mínimo detalle un hotel cuya fachada reflejará la imagen del edificio del museo. En la zona de Puglia, en el sur de Italia, junto a los estudios de Alfredo Arribas y Dani Freixas, ha proyectado un parque de atracciones que simula los yacimientos arqueológicos de la civilización ficticia de los Felicis, personajes inventados por Mariscal y sus socios.
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