Pujol y Duran garantizan el apoyo de los dos partidos de CiU a la candidatura de Mas
Los nacionalistas designan a su segundo candidato a la presidencia de la Generalitat desde 1980
Jordi Pujol y Josep Antoni Duran Lleida, los líderes de los dos partidos federados en Convergència i Unió (CiU), anunciaron ayer conjuntamente la designación oficial de Artur Mas como próximo candidato de los nacionalistas catalanes a la presidencia de la Generalitat. Los dos dirigentes garantizaron su pleno apoyo a Mas, un gesto particularmente significativo en el caso de Duran porque también él aspiraba a lograr la candidatura. Pujol fue tan lejos como pudo para mostrar el apoyo a su sucesor en 2003 y afirmó que Mas es una opción de futuro mejor que la que él mismo fue en 1999.
El comité ejecutivo de CiU designó a Mas por asentimiento, a propuesta de Pujol y de Duran, en cumplimiento de un calendario puesto en marcha inmediatamente después de las elecciones autonómicas de 1999.
La candidatura de Pujol recibió en aquellas elecciones menos votos que la del socialista Pasqual Maragall, aunque CiU logró tres diputados más gracias a que en la normativa electoral prima el voto rural. Los nacionalistas comprendieron entonces que había llegado la hora de la renovación y diseñaron un programa para sustituir a Pujol. Pero Unió apostó por Duran y Convergència por Mas. El forcejeo entre los dos partidos lo resolvió Pujol en favor de su candidato, Mas, y ahora hace un año le nombró conseller en cap del Gobierno catalán, gesto con el que le ungía como su heredero.
Con este proceso CiU ha intentado, explicó ayer Pujol, 'dar garantía de futuro' e 'inspirar confianza' en sus electores. En dos sentidos, especificó. Lo primero era garantizar la supervivencia de la propia CiU como fuerza política. Eso se logró convirtiendo la coalición CiU en una federación. La segunda necesidad era designar un candidato a la presidencia de la Generalitat que fuera aceptado por todos. Es decir, particularmente por Duran. Éste es el punto que ayer se superó con la designación formal de Artur Mas por la federación, de la que Pujol es el presidente y Duran el secretario general.
El presidente reconoció que en las elecciones de 1999 la debilidad de esas garantías de futuro fue la causa de que CiU obtuviera su peor resultado electoral y de que su valoración en los sondeos descendiera todavía más tras aquellos comicios. 'Ahora tenemos la sensación de que hemos recuperado la valoración perdida como partidos', dijo, 'y tenemos también la impresión de que vamos a más'.
Como no podía ser de otra forma, Pujol elogió a Mas. Dijo que tiene 'el perfil adecuado' para el desafío que asume y 'una gran pasión por Cataluña'. Duran se limitó a señalar: 'Ahora comenzamos a preparar las elecciones'.
CiU celebrará el día 20 un mitin en Barcelona con la finalidad de presentar en público la federación y su nuevo candidato a la presidencia de la Generalitat para las elecciones autonómicas de 2003. La campaña de lanzamiento de Mas se incrementará a partir de ahora, para recortar la ventaja que Maragall le lleva en los sondeos.
El primer reto que ha de superar ahora CiU es, sin embargo, el de terminar dignamente la legislatura autonómica, para lo que necesita evitar las humillaciones a que le somete el PP en el Parlament. La comisión ejecutiva de CiU se ratificó ayer en su voluntad de agotar los cuatro años de legislatura. Pujol tiene previsto entrevistarse con Aznar en febrero para sondear las expectativas de colaboración. La dirección nacionalista acogió sin oposición la propuesta de Xavier Trias para que Pujol se entreviste también en los meses próximos con el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, con el fin de conocer de primera mano el alcance de sus posiciones sobre política autonómica.
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