Telefónica se revaloriza frente a sus rivales
La fortaleza bursátil de lacompañía española la coloca como candidato ideal para futuras fusiones
El sector de las telecomunicaciones sufrió un serio varapalo en Bolsa en 2001 al que no fue ajeno Telefónica. No obstante, y gracias a los mayores desplomes que padecieron sus rivales, la multinacional española ha conseguido auparse al segundo puesto del ranking de las operadoras europeas por capitalización bursátil, lo que la coloca como candidata ideal para futuras fusiones.
Telefónica se ha aupado al segundo puesto del ranking por capitalización bursátil de las grandes operadoras europeas
Con el patio interior ordenado, los nubarrones provienen de Argentina y de los proyectos del móvil en Alemania e Italia
Puede que los accionistas de Telefónica no incluyeran a la compañía en sus brindis de fin de año. Sus títulos valían el 11,2% menos que doce meses antes, tras las fuertes revalorizaciones de los últimos ejercicios. Pero al menos no se les atragantaron las uvas como a otros accionistas de las grandes operadoras europeas que, en muchos casos, han visto como sus títulos valían menos de la mitad que al inicio de 2001.
Y es que Telefónica se comportó mucho mejor que sus cuatro grandes rivales: France Télécom redujo el valor de sus acciones un 51,17%; Deutsche Telekom, un 39,88%, British Telecom, un 36,5% y Telecom Italia, un 18,51%.
Entre las compañías más pequeñas los desplomes fueron espectaculares. La holandesa KPN, con que la hace tiempo que se quiso fusionar Telefónica, ha caído un 53,43% y la finlandesa Sonera, socio de la española en su negocio del móvil en Alemania y accionista de referencia de Xfera, se dejó en el camino un 70,5% de su valor bursátil.
Desplaza a France Télécom
La moderada caída en Bolsa no es el único consuelo para el millón de accionistas que participan del capital de Telefónica. La compañía ha mejorado su posición relativa respecto a sus rivales por capitalización bursátil (70.218 millones de euros a finales de año), desplazando a Telecom Italia y a France Télécom y aupándose al segundo puesto de las operadoras europeas, tan sólo superada por Deutsche Telekom (excluyendo al gigante de la telefonía móvil Vodafone, que ocuparía el primer puesto a mucha distancia del resto). En el mundo, Telefónica terminó el año como novena operadora por capitalización, mejorando también un puesto respecto a 2000.
El asunto no es baladí puesto que, con las cajas de las operadoras exhaustas por el peso de la deuda, cualquier operación de compra o fusión pasa por un intercambio de acciones.
Por poner un ejemplo. Cuando Telefónica quiso fusionarse con KPN en mayo de 2000 se valoró el canje de acciones en seis títulos de la holandesa por cuatro de la española. Si esa operación se reeditara ahora, la relación sería de, al menos, cinco títulos de KPN por cada uno de Telefónica. Si nos remontamos más aún en el tiempo, la pretendida fusión con BT, que en diciembre de 1999 valía casi el doble que Telefónica (158.033 millones de euros frente a 81.115 millones), hoy saldría a precio de ganga, puesto que se ha invertido la situación y es el valor de la compañía que preside César Alierta el que duplica al de la británica.
Con esa fortaleza frente a sus competidores, las potenciales fusiones con otros operadores aireadas de forma recurrente por los analistas (la más citada últimamente tiene como protagonista a Telecom Italia) y siempre negadas por Telefónica, serían mucho más beneficiosas para la compañía española.
Una empresa que, incluso con la crisis argentina de por medio, ha sido la única de las grandes que, junto al operador de móviles Vodafone, ha conseguido mantener sus rating de deuda en 2001 (según la agencia Moody's).
Y es que Telefónica es una de las operadoras menos expuestas al problema de la deuda. La atropellada salida del anterior presidente, Juan Villalonga, impidió que se llevaran a cabo las arriesgadas macrooperaciones previstas (del estilo de la fracasada fusión con KPN o las realizadas compras de Lycos o Endemol) e impuso una política de prudencia a su sucesor, César Alierta, cuando el resto de operadoras europeas estaba en plena euforia adquisitiva.
Esa circunstancia histórica ha permitido a Telefónica mantener un nivel de deuda moderado (31.000 millones de euros), de forma que, al finalizar el año, la relación entre la deuda y el beneficio bruto operativo (ebidta) era una de las más bajas del sector: 2,75 veces frente a 3,3 de BT, 3,8 de Deutsche, 5,9 de France Télécom o las 12 veces que representa en el caso de Sonera.
Para sanear aún más el balance, Telefónica pretende aplicar en este año una doble política consistente, por un lado, en reducir las inversiones y, por otro, en poner a la venta una serie de activos. En el primer caso, la compañía aplicará un recorte del 7% este año y aumentará hasta el 12% el ajuste en el conjunto de 2003.
Más difícil lo tendrá para cumplir con su plan de venta de activos, por el que pretende reducir su deuda neta en casi 3.000 millones de euros. El grueso de ese plan descansa en la puesta en valor de sus activos inmobiliarios que le reportaría entre 3.000 y 5.000 millones de euros, pero la salida de tan ingente patrimonio se deberá hacer de forma gradual.
La operadora ya da casi por descartada la prevista venta de algunas participaciones en medios de comunicación, como el 5% que atesora de Pearson debido a la depreciación que han sufrido las acciones de la editora británica de Financial Times y propietaria de Recoletos. En el caso de sus sociedades argentinas como el canal Azul Televisión o Torneos y Competencias, la empresa que gestiona los derechos del fútbol para la televisión, no sólo no podrá deshacerse de ellas sino que verá como sufren una importante depreciación.
Venta de activos
Para paliar en parte la rémora que suponen las ingentes pérdidas que provienen de su participación en medios de comunicación, a su filial Admira no lo queda más remedio que recurrir a operaciones de ingeniería financiera, como la reciente venta de Onda Cero a Antena 3 TV, de la que sólo posee el 48%, que aligerará de deuda y pérdidas el balance de la filial. A esta primera operación pueden seguirle otras del mismo estilo en torno a Vía Digital e incluso de mayor calado, que tendrían como protagonista a la productora Endemol.
En el negocio ordinario, con el patio interior ordenado (la consabida cuota de mercado cercana al 90% en telefonía fija en España), los nubarrones que se ciernen sobre la cuenta de resultados de Telefónica provienen de Argentina y Europa. En el país suramericano, la devaluación se comerá al menos el equivalente al crecimiento de un año de la operadora en toda Hispanoamérica. En el segundo caso, Telefónica tendrá que apuntalar con nuevos fondos y una gestión más agresiva sus proyectos de telefonía móvil (UMTS) en Alemania y en Italia, en los que ha comprometido más de 6.000 millones de euros, y que ahora se encuentran paralizados.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.