Una muestra analiza el uso de la animación como medio y sujeto de la obra de arte
La exposición Animations, dedicada a Juan Muñoz, el escultor español prematuramente fallecido el pasado verano, reúne obras de 30 artistas internacionales en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA)
Queda poco menos de un mes, hasta el 27 de enero, para visitar la exposición Animations. Ésta es una extraordinaria exhibición que investiga el empleo actual de la animación como sujeto e instrumento de la obra de arte, a través de los proyectos creativos de 30 artistas contemporáneos.
Una sección muy extensa está dedicada a las obras de net.art, que seguirán a disposición del público en el sitio web después de la clausura de la exposición en el PSI de Nueva York, un centro dedicado al arte contemporáneo más experimental, que desde el año 2000 forma parte del MOMA, el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Con esta exhibición se acaba el tiempo en que el net.art era considerado una expresión artística de escasa relevancia, así como también parece zanjada la polémica sobre la forma más idónea para exponer en el espacio físico el arte creado para Internet.
La comisaria Carolyn Christov-Bakargiev no ha dudado en exponerlo a lado de las instalaciones de los más reconocidos jóvenes artistas contemporáneos, en un entorno creado por Paul Johnson donde el público debe agacharse a nivel del suelo -por cierto, recubierto de moqueta-, y reptar de un ordenador a otro entre almohadas, cables y reproducciones en plexiglás de circuitos cerrados.
En cada ordenador se presenta una obra, de modo que cada monitor con sus destellos emerge de la penumbra de la sala como un mundo autónomo e independiente. Las obras, que han sido seleccionadas por Anthony Huberman, se dividen en tres secciones.
En la sección Animación Multiusuario está Open Studio del artista Andy Deck, que permite realizar una jam session gráfica en tiempo real y SissyFight, un juego adictivo y perverso de Eric Zimmerman, que pone de manifiesto las dinámicas que rigen las relaciones personales, sociales y profesionales en la sociedad occidental, a través de la lucha entre colegialas para convertirse en la chica más popular de la escuela.
También están p-Soup de Mark Napier, que permite mantener diálogos creativos a través de un interfaz gráfico-sonoro y Glasbead, un software musical de John Klima, con el que pueden interactuar hasta 20 personas conectadas vía Internet.
Forman parte del apartado Animación Interactiva, entre otras creaciones, ASDFG, una clásica obra de JODI, los artistas afincados en España, que obliga al internauta a una lucha inútil contra su navegador. También se encuentra en esta sección Lullaby for a Dead Fly donde, tras informar al usuario que con un simple clic de ratón le acaban de matar, la artista Mouchette le involucra en una acalorada discusión sobre la vida y la muerte.
La tercera sección Stand-alone Animation reúne los proyectos no interactivos, como las contundentes animaciones de YOUNG-HAE CHANG HEAVY INDUSTRIES que, en Dakota, cuenta la historia de un viaje en los suburbios hacia el alcoholismo y la muerte, basada en los poemas de Ezra Pound.
Las instalaciones no se pueden ver a través de Internet. Aún así vale la pena leer en la sección correspondiente la sinopsis de cada una de ellas. Entre ellas destaca Waiting for Jerry del español Juan Muñoz, prematuramente fallecido el pasado verano, a quien está dedicada la exposición con la que el Museo de Arte Moderno de Nueva York cierra el año 2001.
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