Ganaderos de Málaga amenazan con soltar 3.000 animales si no se pospone el desalojo de sus cuadras

Unos 15 ganaderos de Málaga lanzaron ayer la advertencia de que 3.000 animales 'pueden quedar sueltos' por la ciudad si no se aplaza el desalojo y derribo de sus cuadras. Los corrales están situados en una zona en expansión de la capital, ubicada a 300 metros de la playa y en una parcela donde se proyectan varios bloques de viviendas. Los productores se concentraron ayer para exigir dos meses de plazo a la constructora a fin de poder encontrar un nuevo emplazamiento para su cabaña. La protesta evitó que las máquinas comenzaran el derribo.

Los ganaderos ocupan desde hace 30 años unas viviendas semiderruidas que les han servido de cuadras. No son ni propietarios ni inquilinos y son conscientes de que tienen que marcharse del lugar, pero piden tiempo e indemnizaciones.

'Tenemos claro que nos tenemos que ir, pero no podemos hacerlo en un día', manifestó ayer el portavoz de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Salvador Trujillo. Las cuadras dan cobijo a unos 3.000 animales entre los que se encuentran cabras, ovejas, caballos, gallinas, conejos y burros. Trujillo insistió en que 'con ese ganado el desalojo no puede ser de hoy para mañana'.

Según la UPA, el derribo de las cuadras estaba anunciado para ayer, pero finalmente las máquinas se retiraron ante la protesta de los ganaderos. La organización agraria acusó a la constructora Sando de estar 'acosando' a los ganaderos para que abandonen el recinto. Fuentes de esta sociedad aclararon que la empresa no es la propietaria del solar en el que están ubicadas las cuadras, sino la responsable de la urbanización.

Indemnizaciones

Además de los dos meses de plazo para abandonar el actual emplazamiento, los ganaderos exigen unos 3 millones de indemnización en total para afrontar el traslado de la cabaña a otros municipios. Los afectados están buscando terrenos alternativos en barriadas periféricas de la capital, como Campanillas, e incluso en otros municipios como Cártama, Álora o Alozaina a fin de poder reubicar sus explotaciones.

Hace un par de semanas, la Policía Local les conminó a que dejaran el solar. Desde entonces, los ganaderos han montado guardia para impedir que las cuadras sean demolidas. La UPA arremetió ayer contra la constructora, aunque sus dirigentes no pudieron precisar qué empresa es la propietaria de los terrenos: 'No puede echárseles de la que ha sido su casa durante treinta años sin que se les dé un tiempo considerable para hacerse con otro recinto y sin una indemnización que les haga más fácil el desmantelamiento de su actual explotación'.

Según la organización agraria, la preocupación ha cundido entre los dueños de las explotaciones porque 'no saben a dónde llevar tanto ganado en tan poco tiempo'. Trujillo recordó que los terrenos ocupados estaban abandonados y que los ganaderos llevan allí unos 30 años. 'No decimos que no tengamos que marcharnos, pero si nosotros no hubiéramos estado, esta zona habría sido un nido de drogadictos', protestó el representante de la UPA.

Según el portavoz de la organización, ningún responsable de las obras se ha puesto en contacto ni con los afectados ni con la Unión de Pequeños Agricultores para informarles si le concederán el plazo de dos meses que solicitan o las indemnizaciones que reclaman. Por eso, insistió en la intención de su organización de negociar una solución con la empresa propietaria de los terrenos y advirtió de que, de lo contrario, se pondrán 'delante de las máquinas' para impedir el derribo de las cuadras.

El dirigente agrario mantuvo que 'no pueden mandarnos a la policía y tratarnos como si fuéramos delincuentes'. Tras las críticas lanzadas contra la constructora, Trujillo resaltó la actitud de la concejalía de distrito del Ayuntamiento malagueño que ha intentado alcanzar un acuerdo para que los ganaderos abandonen el solar -conocido como Las Cuarteras- 'con el menor perjuicio posible para ellos y para sus animales'.