Ibarretxe admite que puede haber 'hastío' por la crispación política
El lehendakari Juan José Ibarretxe imprimió un ligero toque de autocrítica en su mensaje de fin de año, en el que resaltó la necesidad de paz y solidaridad. Ibarretxe llegó a admitir que los responsables políticos 'no hemos sabido corresponder' con un debate y 'un diálogo sensato y sereno' la madurez de la que, sin embargo, han dado repetidas muestras los ciudadanos vascos.
Ibarretxe quiso transmitir optimismo en el mensaje final de su intervención, al mencionar la paz como el principal objetivo al que va a dedicar sus esfuerzos. Utilizó un símil montañero al referirse a este objetivo, al indicar que la paz es en Euskadi 'la cumbre que se nos resiste desde hace demasiado tiempo'. 'Necesitamos la paz, deseamos la paz y exigimos la paz', dijo para finalizar. 'Tenemos que recorrer juntos el camino de la paz. La senda está trazada, simplemente tenemos que comprometernos a respetar la voluntad de la sociedad vasca que se ha manifestado unánimemente a favor del diálogo y en contra de la violencia'.
El PP y el PSE pidieron ayer a Ibarretxe que 'deje de tener objetivos comunes con el mundo de ETA' y apueste decididamente por la libertad de todos los ciudadanos. El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, subrayó que, si no lo hiciera así, 'no estaría respetando la voluntad de la sociedad vasca. El portavoz del PSE-EE, Rodolfo Ares, hizo al lehendakari responsable de los problemas que sufre la sociedad vasca . 'Si quiere trabajar por la paz y la libertad, debería haber liderado la unidad de los demócrata como camino para derrotar a ETA'.
Crispación política
Ibarretxe expresó su autocrítica, que hizo a extensible a toda la clase política vasca, tras reconocer que el año transcurrido ha estado presidido por una crispación política que, a su juicio, ha sido desproporcionada, y se ha sumado a los 'dramáticos efectos' que provocan en la sociedad la pervivencia de la violencia y 'el terrorismo de ETA'.
En un panorama así definido, el lehendakari se mostró decidido a no 'añadir dosis de preocupación y desasosiego al actual escenario' y expresó su convencimiento de que 'el enfrentamiento que se proyecta desde el ámbito de la política está provocando un cierto cansancio, e incluso hastío, en la sociedad'. Fue una alusión implícita al complicado final de año, que acabó con el fracaso en la negociación del Concierto Económico y los problemas planteados para la aprobación de los presupuestos del Gobierno, pese a haberse superado inicialmente el atasco de su debate en el Parlamento.
En ese contexto, el lehendakari adoptó una actitud humilde y volvió a recurrir a la autocrítica al añadir que, junto a su mensaje personal de paz y solidaridad, pedía 'comprensión por aquellas equivocaciones que de forma involuntaria haya podido cometer en el desempeño de mi responsabilidad'.
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