Un septuagenario pierde una pierna a causa de un petardo lanzado por unos trabajadores

Antonio Díaz Díaz, un salmantino de 76 años, perdió el lunes por la tarde la pierna derecha desde la rodilla, después de que un grupo de seis hombres le lanzaran un petardo cuando se subía a un autobús de la EMT. La Policía Municipal detuvo a dos personas por este incidente y ha identificado a otras dos. Todos ellos son trabajadores de una empresa cercana al lugar del suceso. Los servicios de emergencia de la región calificaron la primera madrugada del año como una de las más tranquilas de los últimos años. El Samur-Protección Civil sólo atendió 25 intoxicaciones etílicas.

El incidente en el que Díaz perdió la pierna derecha ocurrió a las 17.30 del pasado lunes en la plaza del Navío, frente al número 21 de la avenida de Cantabria, en el distrito de Barajas, cuando el septuagenario estaba subiendo a un autobús de la EMT. Se dirigía, junto con otro amigo, al pueblo de Barajas a tomar un café. Su acompañante había subido ya al vehículo. Díaz estaba cogido a la barra de subida y tenía la pierna izquierda en la rampa de acceso, cuando un grupo de seis hombres le lanzó un petardo de gran potencia.

Al estallar, le causó una grave herida por la que sangró abundantemente. Una joven se quitó su jersey y le hizo un torniquete hasta que llegó una UVI móvil del Samur-Protección Civil. Los facultativos le detuvieron la hemorragia y le inyectaron medicamentos para subirle la tensión, ya que estuvo a punto de entrar en estado de shock. Tras inmovilizarle, le trasladaron al hospital Ramón y Cajal, donde quedó ingresado en traumatología.Joaquín, hijo de la víctima, señaló que Díaz, que es viudo, se encontraba sedado y que su pronóstico era estable, dentro de la gravedad. La víctima había venido a Madrid, desde Salamanca, para pasar las navidades con su hija Micaela y no tenía previsto regresar a su casa hasta después de Reyes.

'Nos ha dicho que vio a unos hombres que estaban tirando petardos a las personas que estaban por la zona, pero no le dio importancia, porque en esos momentos llegaba su autobús. En ese momento le lanzaron el petardo, que, por la gravedad de las lesiones que le ha producido, parece más una bomba', explicó el hijo de la víctima.

La Policía Municipal detuvo a dos personas, de unos 40 años, y ha identificado a otras dos en relación con este suceso.

Por otra parte, las primeras horas del nuevo año transcurrieron 'tranquilas', según los servicios de emergencias de la región. El teléfono 112 recibió hasta las 10.30 de ayer 3.200 llamadas. Los comunicantes pedían auxilio por intoxicaciones etílicas (277 llamadas), accidentes de tráfico (214) y peleas (136). Los bomberos de la Comunidad efectuaron 20 salidas durante la noche. Una de las más destacadas fue en apoyo a los bomberos de Torrejón de Ardoz, que sofocaron el incendio de una nave dedicada a mobiliario de jardín, situada en el número 25 de la calle del Gaucho.

2.000 llamadas

El 061 del Insalud recibió en las nueve primeras horas cerca de 2.000 llamadas, en su mayoría estaban motivadas por intoxicaciones etílicas.

El Samur-Protección Civil atendió desde las 21.00 del lunes hasta las 12.00 de ayer unos 300 avisos, lo que supone un número algo inferior a otras nocheviejas, según un portavoz del servicio sanitario. A los pocos minutos de entrar el año, dos jóvenes estadounidenses fueron agredidos con armas blancas por un grupo de marroquíes en la calle de la Magdalena (Centro). Fueron dados de alta poco después.

Otro joven de 21 años, cuyo nombre corresponde a las iniciales J. E. M. G., resultó herido en un pub de la zona de copas Costa Polvoranca, en Alcorcón, tras recibir una navajazo en el costado derecho y un puñetazo en un ojo. Fue trasladado a la Fundación Hospital Alcorcón.

Una mujer suramericana acudió a las 9.30 al centro de salud de la avenida de Logroño (Barajas) con dos heridas en el hombro y la escápula derechos. Las heridas eran consecuencia de una violenta discusión familiar.

Por otro lado, tres personas, de entre 50 y 65 años, sufrieron heridas de diversa consideración en la calle de Cervantes de Móstoles, al producirse un incendio por unas velas de adorno que prendieron los enseres mientras dormían. La vivienda, un primer piso, quedó destruida.