Mueren cinco jóvenes músicos en su local al inhalar monóxido de carbono
Cuatro de los cuerpos resultaron calcinados al prenderse con el cigarrillo de una de las víctimas
Rubén, Emilio, Enrique, Daniel y Hugo, con edades comprendidas entre los 19 y los 24 años, murieron en la madrugada de ayer al inhalar presuntamente el monóxido de carbono desprendido por la estufa de leña que calentaba el local de ensayo donde se encontraban, en una nave de la finca Los Olivos (Leganés). Los jóvenes eran componentes del grupo Santuario, una formación aficionada de música heavy metal.
La muerte de los cinco jóvenes fue descubierta a las diez de la mañana por Moisés Bascones, padre de Rubén, que se alertó cuando descubrió que su hijo no había vuelto a dormir.
Aún no se han determinado las causas exactas del fallecimiento de los jóvenes, ya que éstas no se conocerán hasta que se les practique la autopsia. De todas formas, los investigadores sospechan que la muerte pudo producirse por la inhalación del monóxido de carbono.
La hipótesis es la siguiente: la estufa, que quemaba maderas recubiertas de barnices, desprendió el gas letal. Cuatro de los muchachos corrieron entonces hacia la única puerta de salida del local. Llegaron hasta ella, pero cayeron al suelo antes de poder salir al exterior de la nave. Un quinto componente del grupo, que se encontraba sentado o tumbado en un sofá, murió antes de apercibirse de lo que estaba ocurriendo.
El monóxido de carbono produce lo que los forenses denominan la muerte dulce: el fallecimiento de la víctima de forma fulminante y sin sufrimiento. La víctima siente una especie de sopor hasta que pierde la consciencia. La intoxicación provoca la parálisis de las piernas, a la vez que un aturdimiento instantáneo que impide cualquier reacción.
Cuando los jóvenes ya habían fallecido, el cigarro que portaba uno de ellos prendió, supuestamente, las ropas de los cuatro más próximos a la puerta. El fuego se extendió rápidamente y calcinó parte del local, pero no afectó al muchacho que había fallecido sobre el sofá. Por ello, según los investigadores, cuatro cuerpos estaban calcinados y otro no.
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