Luces y sombras en Madrid
A este Madrid utópicamente olímpico, que vive en un atasco permanente y en el que el actor estadounidense Danny DeVito pensaba que estábamos buscando un tesoro, dada la gran cantidad de zanjas que hay, sólo le faltaba quedarse sin luz. Prueba superada.
Circular por Madrid con fluidez es ya sólo un sueño imposible, como que te toque la Primitiva -bueno, éste es más probable-; aparcar en muchas zonas de la ciudad, una simple quimera; pero quedarnos sin luz suena excesivo. Mucho más si innumerables calles de la capital, esas mismas calles rodeadas de zanjas desde tiempo inmemorial, muestran una espectacular iluminación para celebrar la llegada de la Navidad.
Las centrales eléctricas han pedido al Ayuntamiento que retrase el encendido de la iluminación navideña para evitar cortes de luz. Hubiera sido más coherente prohibir esa iluminación hasta que se garantizase el suministro a todos los madrileños. Pues no, y el Ayuntamiento, callado. Claro que a este equipo de Gobierno municipal no se le recuerdan decisiones beneficiosas para los madrileños. Por lo menos para el madrileño de a pie, ése que no tiene coche oficial, que paga un impuesto de circulación para no poder circular ni aparcar y que ha empezado a ahorrar para poder viajar en transporte público el próximo año.
Mientras todo eso sucede, el alcalde, José María Álvarez del Manzano, es feliz. Tanto que ahora también canta, mal, como todo lo que hace, pero canta. Muchos le agradeceríamos que, en lugar de presentarse a las próximas elecciones, pidiera el ingreso en la academia de Operación Triunfo. Mientras, si encuentra su tesoro, por lo menos que no cante para celebrarlo.
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