'La falta de 'ertzainas' en la calle desvirtúa el pacto de seguridad con Balza'
El líder de Erne, central mayoritaria en la Ertzaintza, Iñaki Castro, confía en que Balza, mantenga su palabra de valedor del acuerdo de seguridad firmado hace justo un mes.
Pregunta. Transcurrido un mes del acuerdo sobre seguridad se puede hacer balance de su aplicación. ¿Cómo están los ertzainas?
Respuesta. La gente sigue expectante porque todos los acuerdos están sólo sobre el papel. El estudio sobre las comisarías unidad debe terminarse este viernes, y después, Interior presentará a primeros de años en el Consejo de Policía el nuevo sistema de trabajo que sustituye al derogado Egunsentia.
P. ¿Y en lo referido a las medidas técnicas?
R. En ese frente, el colectivo no ha visto plasmado en el día a día el acuerdo. Ahora mismo, los agentes están trabajando en base a una directriz del viceconsejero en la que por encima de todo se prima la seguridad personal del ertzaina.
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P. ¿Y se ha percibido ya algún problema estructural?
R. Hemos chocado radicalmente con un problema muy serio: la falta de personal en la calle.
P. ¿Algo como para desvirtuar el acuerdo?
R. Sin lugar a dudas. No tiene ningún sentido llegar a acuerdos de seguridad cuando no se cumplen los mínimos de agentes en la calle.
P. ¿Y cómo se ha resuelto algo de tanto calado en el día a día?
R. No se ha resuelto, lo cierto es que en determinados casos no se aplica el acuerdo en la clave de seguridad y se prima el servicio público.
P. Pero eso era algo sabido por los sindicatos, incluso antes del acuerdo. En el último despliegue se produjo una retirada de agentes de Seguridad Ciudadana del 20%.
R. Así es. Por eso le hemos dicho al consejero que es tan importante solucionar ya el tema de las gratificaciones extraordinarias, porque vemos una vinculación directa entre este tema y la seguridad. Pero Balza ha descansado toda la negociación en el director de Recursos Humanos. Y Barasorda lo que está haciendo es política, quiere defender ante Balza su gestión, que es posible hacerlo de otra manera, sin pagar.
P. ¿De cuántas horas y de que montante de dinero hablamos?
R. Es difícil enfocarlo así. Hay unidades como la de acompañantes que tiene 300 ó 400 horas de más, unidades como Donosti, Bilbao y Gasteiz en las que hay 60 ó 50...
P. Y la Ertzaintza comienza el año con 35 horas.
R. Efectivamente. Y el problema que habrá el 1 de enero es que nos van a seguir llamando para trabajar fuera de jornada ante cualquier incidente, acto..., luego más horas.
P. Pues no lo tienen fácil porque incluso el director de Recursos Humanos, Juan María Barasorda, ha dicho en los pasillos que antes que pagar las horas, dimite.
R. Entonces lo que tiene que hacer ya es dimitir o ofrecer una solución alternativa, algo diferente a pagar las horas que emplean los agentes en ir a los juicios. Eso es la política de los palotes.
P. Perdone que insista, ¿pero de cuánto dinero hablamos?
R. De 1.000 millones de pesetas, irrisorio para Interior. Es un problema de precedente: no quieren abrir la espita. Y, segundo, de que no se fían de sus mandos y además te lo dicen, porque saben que van a seguir llamando a sus agentes fuera de sus horas de trabajo. Pues que incidan ahí y no trasladen a los sindicatos un problema interno suyo.
P. ¿Y la medida transitoria de sacar la nueva promoción y de llegar cuanto antes a los 8.000 agentes de los que habla Balza como número óptimo?
R. Pero es que eso lleva un tiempo. La nueva promoción no sale antes de año y medio y el resto hay que pactarlo con el ministro Rajoy.
P. Pues viendo como está ahora la negociación del concierto, que afecta de lleno a la policía vasca, mal asunto.
R. Esto necesita una solución ya, a principios de año. Sacarlo del acuerdo regulador que se negociará en 2002. Si no hay pacto, seguiremos saliendo a la calle para exigirlo.
P. Pero eso que piden parece un problema estrictamente sindical. ¿Y si se produce otro atentado contra la Ertzaintza y queda en entredicho la seguridad de los agentes?
R. Está íntimamente ligado. Y el acuerdo permite a los ertzainas negarse a hacer su trabajo si éste pone en peligro su integridad. Y lo vamos a hacer. O cambian las Relación de Puestos de Trabajo, o sacan gente de las oficinas a la calle, de los gabinetes de prensa, de Inspección, etc o pagan las gratificaciones.
P. Por no hablar de los mandos que tienen que aplicar el acuerdo.
R. Es el gran problema, la mentalización de los mandos politizados e incompetentes. Yo tengo mis dudas, pero admito que hay un tránsito.
P. ¿Ha habido avances en las dos reuniones que han mantenido con Balza para los aspectos técnicos de seguridad, cursos de autoprotección, ayudas personales?
R. Mientras otros sindicatos trajeron su batería de medidas, nosotros le dijimos a Balza que no íbamos a entregar una carta a los Reyes Magos, pedir como han hecho algunos elementos técnicos de película de Hollywood cuando saben que no se pueden llevar a cabo porque Interior va a decir que todo eso cuesta un billón con b. Nosotros pedimos la creación de un foro de expertos para definir cuanto antes los mínimos necesarios y, sobre todo, que en el día a día, los policías perciban que el acuerdo ha servido. ¿Para qué pedir que queremos todos los vehículos blindados si eso va a tardar tres años? Acuerdos ya, aunque sean básicos. A nivel de formación se pide que se agilice el curso de una semana que está en marcha en la Academia y que es muy bueno y, después, dar un curso de autoprotección con un enfoque de grupal, en cada unidad, una especie de curso a la carta de tácticas operativas.
P. ¿Y las ayudas personales?
R. Por un lado, las personas que han sido víctimas de atentados o de la kale borroka tendrán una atención especializada y un programa de atención en crisis (un atentado) en un plazo de 48 horas de apoyo psicológico total, como pasó en la comisaría de Beasain.
P. Algo íntimamente ligado a las bajas de agentes.
R. Tanto el departamento como nosotros estamos muy preocupados por las crecientes bajas psicológicas, sobre todo por esta ofensiva de ETA. Es muy complicado porque actualmente los médicos no se andan con medias tintas para dar la baja a una persona que lleva una pistola y podemos tener un problemón inmediato. Cuando se habla del síndrome del Norte no se dice gratuitamente.
P. La sensación que se percibe es que el consejero Balza ha salido reforzado del acuerdo y que ha tomado las riendas personalmente.
R. Sólo hemos llegado a acuerdos con el Departamento cuando Balza ha dirigido la negociación, ni con Mikel Legarda ni con el resto, que han salido claramente tocados. El consejero se ha comprometido con nosotros a liderar todo este proceso y está demostrando que es un valedor del acuerdo porque hemos tenido problemas en algunas unidades y los ha solucionado. Además no hay límite de dinero, incluso aunque se prorroguen los presupuestos. Balza nos anunció que tenían una partida de 3.800 millones de inversiones tecnológicas y de comunicación. Aunque sí me preocupa la imagen que está trasladando con ese discurso de que estamos a muerte contra ETA. Parece que se quiere decir desde el PNV: `contra ETA, la Ertzaintza´, como sugiriendo que el escudo es nuestra policía. No hay que decir vamos a muerte porque ha sido nuestro cometido siempre.
P. Pero es que ese era el discurso que la oposición echaba en falta de Balza durante la época de Lizarra.
R. Es que el escenario es distinto, porque tenemos dos muertos. Los muertos han afectado muchísimo al discurso del departamento y Balza ha dado un giro de 180 grados. Se vuelve a la etapa de Atutxa: separar la política de partido de la del gobierno. Luego hay que creérselo claro, y yo no me lo creo.
P. Hombre, con las distinciones que hace Arzalluz de ertzaina bueno, patriota, y el malo, el infiltrado, el que cuelga el buzo.
R. Me parece de juzgado de guardia, pero más grave es que el lehendakari y Balza no hayan dicho nada.
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