_
_
_
_
FALTAN 5 DÍAS

La nueva divisa en Irlanda del Norte

La carga de simbolismo político que tiene el euro se multiplica por dos en Irlanda del Norte. En las zonas fronterizas entre el republicano sur y el monárquico norte es ahora muy habitual el uso lo mismo de la libra esterlina que de la libra irlandesa. A partir del 1 de enero, la moneda de Irlanda será el euro, y como tal empezará a circular en esa zona difusa en la que irlandeses del norte y del sur conviven sin fronteras definidas. Es la única frontera terrestre de Gran Bretaña con el euro.

El euro será una moneda de uso corriente en esos pueblos política y sentimentalmente unidos a la muy católica República de Irlanda pero legalmente adscritos a la provincia de Irlanda del Norte y, por lo tanto, territorio de su graciosa majestad la reina de Inglaterra. Pagar en euros puede convertirse en un gesto de rebeldía política contra la libra esterlina, y por añadidura, contra todo lo británico.

Más información
Las principales tiendas y grandes almacenes del Reino Unido aceptarán pagos en euros

Pero también será un factor de penetración de la moneda europea en Gran Bretaña: muchas empresas de Irlanda del Norte que hoy trabajan en libras irlandesas lo harán en euros a partir de enero.

Con todo, el uso simbólico o meramente pragmático del euro en Irlanda del Norte puede ser cosa de niños al lado de la fosa que empieza a abrirse entre los partidarios y los detractores de que la libra esterlina entre en el euro. Aunque todos dicen que la alternativa entre mantener la libra o ingresar en el euro se ha de abordar desde un punto de vista técnico, el debate acaba siempre centrándose en lo político: el no al euro se acaba razonando muy a menudo en términos de miedo a un super-Estado europeo.

De momento, los británicos están claramente en contra del ingreso: hoy, todavía un 70% votaría no. Pero los partidarios de la moneda europea ponen el acento en que los intransigentes enemigos del euro son sólo el 30%.

El resto de los noes, o sea, un 40% de británicos, pueden acabar aceptándolo si llegan a la conclusión de que puede ser una moneda beneficiosa para el país en su conjunto.

Ésa es la gran baza de los eurófilos: la economía británica está estadísticamente ligada al continente, por muy escaso que sea el apego sentimental que los británicos tengan por Europa. Al final, un debate puramente técnico acabaría dando la victoria a la moneda europea.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_